En el Centro de Experimentación en Seguridad Vial de Argentina (Cesvi) _una compañía que aglutina a la mayoría de las empresas aseguradoras del país y que realiza relevamientos de rutas y caminos, investigación y análisis de la seguridad vial y automotriz_ también creen que los caminos que se usan como un by pass para llegar a la autopista, son irregulares y dejan en evidencia la “falta de infraestructura” vial.
Inversión y colectoras
“Los ingresos y egresos deben ser controlados, por eso las autopistas tienen puentes o túneles en la traza para dirigirse de un lado a otro. La presencia de una zanja central, más allá del drenaje del agua, actúa como separación física entre manos. En este caso se da una falla de infraestructura”, señalo Hernán De Jorge, responsable del departamento de Capacitación en Seguridad Vial de Cesvi.
Alertó que se observaron esos caminos ilegales en otra vía importante de la provincia. “Ya lo hemos visto en la autopista Rosario-Santa Fe. Eso puede generar siniestros. No es que la autopista esté mal diseñada, sino que se trata de un fenómeno que crece a la par de los emprendimientos urbanísticos a la vera de la autopista. Se detectan cruces entre manos que abre la misma gente y eso es peligrosísimo porque los autos transitan a 120 kilómetros por hora y también por las congestiones que pueden generar esos accesos”.
Para el especialista, una solución técnica es la llamada colectora. “Se pone en evidencia la falta de dinero e infraestructura. La colectora debería estar al lado de toda autopista, de tierra, consolidada o asfaltada. Ese es el instrumento y la vía alternativa que termina de hacer la conexión más segura, no sólo para los vecinos, sino para los trabajadores de las zonas rurales”, detalló De Jorge.
Diseño y exigencias técnicas
En el Instituto del Transporte que funciona en el ámbito de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) también analizan esos fenómenos. Si bien desde el espacio académico prefirieron no emitir una opinión formal hasta retomar la actividad, subrayaron que en la categoría “autopista” todos los accesos deben ser “controlados, y con un diseño geométrico para incorporarse a la vía, con intercambiadores o rulos”. E identifican a los que están a la altura de calle Wilde, Funes, Roldán o Carcarañá como los únicos habilitados y con los parámetros técnicos correspondientes.
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Los profesionales consultados por La Capital coinciden en que cualquier acceso de la autopista “requiere de un permiso y aprobación por parte del organismo oficial, y un diseño acorde, pero que en este caso “no estarían cumpliendo con esos requisitos”.
El problema es mayor si se considera la dinámica de movilidad y el incremento del flujo de tránsito por la gran cantidad de personas que decidieron mudar su vida a Funes o Roldán. “En horas pico se satura el intercambiador de Funes y se producen congestiones”, observaron.
Indefiniciones
Este diario contactó a voceros de Corredores Viales, el organismo del gobierno Nacional a cargo de las obras en la autopista Rosario-Córdoba. El objetivo era conocer si los caminos descriptos tienen algún tipo de autorización y de qué naturaleza. Y si fueron relevados mientras se trabaja sobre el mejoramiento de la traza. Pero al cierre de esta nota no hubo una respuesta oficial.
En abril de 2021, sólo según trascendidos que ganaron espacio en medios regionales, se deslizó que en el proyecto de arreglo de la autopista se contemplaban dos nuevos ingresos a Funes. El primero a la altura del Barrio Aguadas, desembocando en calle San Nicolás. Y el segundo sobre el cruce con la calle José Hernández, que corta la Ruta Nacional 9. Hasta el momento, tampoco se dieron a conocer detalles o precisiones en relación a esa iniciativa.