Después de la protesta que suspendió la venta de combustible durante dos noches la semana pasada en reclamo de más seguridad, los playeros se reunieron ayer con autoridades provinciales y de la policía y lograron un compromiso de "mayor monitoreo" en las estaciones de servicio. La promesa abrió un "compás de espera" de 30 días antes de resolver otra medida de fuerza, con la expectativa de que deje de haber "uno o dos robos por día" y se vuelva al menos a "los estándares de hace un año, con uno o dos robos por semana", adelantó el secretario general del Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio, Garajes, Playas y Lavaderos Automáticos, Ismael Marcón.
Los choferes de taxi también se reunieron ayer en la sede de su gremio para debatir sobre la inseguridad que los golpea junto a otras once entidades que integran una "multisectorial" y decidieron dar una tregua a las autoridades hasta después de las elecciones. "No queremos que se nos vuelva a acusar de politizar el tema", dijo el titular del gremio, Horacio Boix.
La "paciencia" que aducen tener los peones ante la falta de soluciones al problema tiene correlato empírico: durante el último fin de semana hubo seis taxistas asaltados, aseguró el gremialista.
Así, ante esa problemática común, ahora la próxima reunión de la multisectorial que integran los taxistas será justamente en la sede del sindicato de trabajadores de estaciones de servicio (Riobamba 1075), el 29 de octubre, a las 9.
Estadística elocuente. La última protesta de los playeros, que contó con el aval de la cámara empresaria, obedeció a que sólo en los dos últimos meses hubo 66 asaltos en las estaciones de Rosario. Tras reiterados reclamos por mayor seguridad, la comunicación se cortó y así fue como los empleados llegaron al paro nocturno que se cumplió el jueves y viernes pasados.
Ayer el diálogo se reanudó y los playeros mantuvieron una reunión con el secretario de Seguridad provincial, Matías Drivet, y el jefe de la agrupación Unidades Especiales de la policía, comisario Guillermo Morgans.
"Después de que hablamos de toda la problemática que tenemos en las estaciones de servicio, las autoridades se comprometieron a llevar adelante un monitoreo más exhaustivo y más seguido en los locales, algo que apunta a volver a los estándares que teníamos hace un año: no más de uno o dos robos por semana, y no como ahora, que se dan de a uno y medio por día", aseguró Marcón.
El dirigente dijo que las autoridades argumentaron que podrán cumplir con su promesa "porque tienen más patrulleros y más personal como para hacer recorridos disuasivos más intensivos y garantizar los corredores seguros".
Ante ese panorama, los estacioneros resolvieron no repetir las medidas de fuerza esta semana, sino otorgar un "compás de espera de al menos 30 días".
Aun así, Marcón sostuvo que mientras se realizaba la reunión "se estaban llevando cien mil pesos de una estación de servicio en Santa Fe" y un día antes (anteayer) en Rosario habían asaltado la playa de Carriego y Córdoba, "donde una banda armada se tomó su buen tiempo".
Los taxistas, por su parte, ubicaron su reclamo específico en el contexto de una mesa multisectorial por la seguridad que ya integran además otras diez entidades.
Básicamente, coincidieron en un diagnóstico: que no existe un plan de seguridad, sino "parches", y que "el poder político promete, pero luego la policía no cumple".
Incluso con esa hipótesis, y aunque el gremio de los peones de taxi había amenazado con parar y hasta con correr una maratón desnudos para poner el problema en la agenda pública, ayer resolvieron esperar a que pasen las elecciones para que no se los "vuelva a acusar de politizar el tema".
La idea, dijo Boix, es "sumar a todas las instituciones en un planteo contundente al poder político", para "que de una vez por todas se avance con una política de prevención", ya que el problema de la inseguridad "ya no da para tomarlo con la menor liviandad y menos para formular acusaciones".