El rosarino de 71 años que tuvo un accidente cuando golpeó su cabeza contra el suelo mientras se encontraba bajo una ola, en el balneario bonaerense de Ostende, sigue en estado crítico, con pronóstico reservado, en coma inducido. Según indicaron fuentes sanitarias este domingo presentó una reacción positiva a la medicación de sostén que se le aplicó en las últimas horas en la terapia intensiva del Hospital de Pinamar, aunque resaltaron que se trata de un paciente muy delicado.
El incidente se produjo el jueves pasado en al zona del Balneario Barlovento. Pinamar 24, un medio de comunicación de la costa informó a este diario que el rosarino que sufrió las lesiones es Carlos Alberto Mackena de 71 años de edad y con residencia en Funes . Había arribado a la zona de playas en el marco de las vacaciones de verano. Según describió en diálogo con La Capital el jefe del Operativo de Seguridad en playa, Esteban Maggi, las condiciones para ingresar al mar permitían el acceso de los bañistas, en algunos sitios había bandera de mar dudoso pero no estaba prohibido refrescarse en el mar.
Según el funcionario tampoco se habían presentado condiciones extremas. “No hubo esa jornada viento pampero, ni sudestada que puedan suponer un peligro adicional. Las olas no eran superolas como se dijo, sino que tenían un metro de altura y no tres metros. Este veraneante tuvo la mala fortuna de desestabilizarse con el oleaje, dar contra el piso y recibir un golpe severo”, apuntó.
Al rescate
Mackena fue sometido a un operativo de salvataje y primeros auxilios en el lugar del accidente. En unos 30 segundos recibió los primeros auxilios de los guardavidas y un bombero voluntario.
Una vez fuera del mar, rescatistas lo sacaron del paro cardíaco que había hecho por la ingesta de agua y la conmoción del golpe. Pudieron reanimarlo y de allí se montó un dispositivo que incluyó policía, para armar un sendero de urgencia hasta el Hospital Pinamar donde este domingo se encontraba internado. Ingresó al nosocomio con una fractura con desplazamiento del atlas con compromiso medular y fue sedado y estabilizado en coma inducida. .
El jefe del operativo de Seguridad en playa explicó a La Capital cómo sucedieron los hechos.
“Este hombre se estaba bañando en el mar y lo tumbó una ola, perdió el equilibrio y se golpeó la cabeza contra el fondo del mar, a 30 centímetros de profundidad. Se había desvanecido y en unos treinta segundos los guardavidas lo sacaron. Había tragado agua y estaba broncoaspirado. Lo drenaron, le aplicaron adrenalina. Se le hizo Resucitación Cardio Pulmonar (RCP) y después personal médico pudo regresarle el pulso”, indicó Maggi.
El funcionario aclaró que en la jornada del jueves pasado no hubo hechos por fuera de lo normal en la zona de playa. “Lo tiró de golpe al piso y rozó contra la arena, no había olas descontroladas, lamentablemente perdió el equilibrio por el golpe de la ola pero no era un oleaje fuerte. Para que eso suceda debe existir viento pampero o sudestada y no pasó ninguna de ambas. Ese mismo día un hombre de 50 años agarró una tabla para barrenar y también se accidentó”, remarcó para insistir: “Pero no había superolas”.
Las tareas de reanimación al hombre de 71 años se extendieron media hora. “Tuvo mala suerte, en el golpe. Allí no estaba prohibido el baño y en algunos lugares había bandera de mar dudoso, pero la gente se podía bañar”, indicó.
El domingo por la tarde, este diario dialogó con el secretario de Salud de Pinamar, Eduardo D`Agostino. “Está grave, con una leve mejoría con la respuesta a la medicación para el funcionamiento del corazón, oxigenación, saturación y se logró la estabilidad; pero las condiciones siguen siendo sumamente críticas”, destacó.
Lo que hasta ayer, no se puedo evaluar aún son las consecuencias de la lesión cervical. “Toda su motricidad y movilidad no se puede diagnosticar por el momento, lo más preocupante es que cuanto más alta la lesión en la columna vertebral más compleja la situación en cuanto a la médula espinal. Hay muchos puntos de sensibilidad y motricidad que incluso manejan las cuestiones mecánicas y cardíacas que hay que analizar. La respuesta fue favorable a las drogas de sostén para mantenerlo con vida. Lo otro es una cuestión de tiempo y ver si despierta y qué es lo que podrá mover. Desde el momento en que tuvo el golpe nunca más recobró la conciencia, ni se movió. No tuvo un infarto, sino que el golpe lo noqueó. Ahora sigue sedado y con asistencia mecánica respiratoria”, se explayó el funcionario, para resumir: “Es un paciente en estado crítico, en coma inducido y con pronóstico reservado”.
En la misma jornada del jueves, pero ya a la altura del parador Cocodrilo, en Pinamar se registró otro rescate del mar. Un bonaerense de 50 años debió ser atendido al presentar una perdida de sensibilidad motora, aguda; no se podía mover. El hombre se había metido al mar con una tabla y después de un rato salió caminando, pero se empezó a sentir mal. Lo inmovilizaron, le pusieron el cuello ortopédico, la tabla y también fue derivado al hospital. Su evolución sería favorable ya que fue derivado a una clínica privada en Buenos Aires.
Consultar, siempre
Pinamar cuenta con casi 14 kilómetros autorizados para los veraneantes que quieran sumergirse en el mar. Hay en esta franja más de 100 guardavidas, que están en servicio entre las 10 y las 19. Pero existen otros 250 que contratan los balnearios con carpas y servicios que también son parte de las tareas de rescate.
A ellos se les suman otros 250 contratados por los balnearios privados (están de 9 a 19 pero con rotación, lo que implica dos guardavidas en cada puesto) camionetas, cuatriciclos, dos embarcaciones y 70 desfibriladores externos. “Consulten siempre al personal a cargo de la seguridad en el lugar”, subrayó Maggi como recomendación.