Con el objetivo de generar los requisitos y condiciones para la habilitación de los emprendimientos de la economía social y popular que se dedican a la fabricación alimentos, desde el Concejo Municipal de Rosario se impulsa readecuar la ordenanza vigente, que data de 1996. Si bien la Intendencia registra a unos 1.400 emprendedores vinculados a las ferias y programas oficiales, la iniciativa busca incorporar muchos otros productores artesanales que por distintas razones no tienen acceso a herramientas oficiales.
Desde mediados de año la comisión de Producción y Promoción del Empleo del Concejo viene tratando dos proyectos para readecuar la actual ordenanza Nº 6.313 que regula la producción de alimentos. Tanto la concejal del bloque Ciudad Futura Caren Tepp, como su par socialista Susana Rueda, buscan articular una normativa común con la finalidad de facilitar la habilitación de emprendimientos productivos alimenticios de baja y mediana escala.
Al explicar el sentido de la iniciativa, Tepp remarcó que se trata de "darle un marco regulatorio a los emprendimientos de la economía social y popular de fabricación de alimentos que muchas veces trabajan en clubes, centro comunitarios, en salas de casas particulares y que, por distintas circunstancias, han crecido mucho en los últimos tiempos".
Facilitar el acceso a la habilitación
Además, recordó que se trata de un universo de personas que "no figuran ni participan de los programas oficiales. Lo que se busca es adecuar la regulación para facilitar los procedimientos de habilitación y certificación para que puedan comercializar sus productos en Rosario", al apuntar que se trata especialmente de "aquellos alimentos de menor riesgo epidemiológico".
La concejal propuso tratar su iniciativa junto al proyecto de Susana Rueda, de Rosario Progresista, que plantea crear el Registro de Unidades Productivas y Emprendimientos Alimentarios (Rupea) a fin de autorizar y registrar las actividades de producción y comercialización de alimentos realizadas por personas, microemprendimientos, emprendimientos familiares y unidades productivas de la economía popular, social y solidaria de la Municipalidad.
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Según recopiló Tepp, la regulación local de 1996 tuvo una serie de modificaciones a partir del Código Alimentario y de las reglamentaciones de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), donde se reconoce a los emprendedores como sujetos sociales a diferencia de los empresarios.
"Los institutos y organismos sanitarios deben establecer requisitos para garantizar la sanidad de los alimentos. El objetivo es darle seguridad a los consumidores de que los productos son autorizados por organismos competentes. A su vez, que el emprendedor pueda trabajar tranquilo, y ampliar la comercialización a toda la ciudad, que no se limite al barrio, conocidos o familia", agregó Tepp.
Hasta el momento hay unos 1.400 emprendedores que fabrican alimentos incorporados a los registros de la Municipalidad, muchos de los cuales pertenecen al programa Nueva Oportunidad, trabajan en las ferias de la ciudad que coordina la subsecretaría de Economía Social de la Municipalidad.
En los territorios
Pero según Tepp, "hay un universo de emprendedores territoriales que no tienen acceso a los tramites de habilitación, y se les restringe mucho más la comercialización. Son personas que necesitan herramientas autogestivas y no están vinculadas al municipio".
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La concejal destacó que se trabaja el proyecto con el Instituto del Alimento y la Secretaría de Economía Social para "garantizar la posibilidad de habilitar la producción a los rosarinos y rosarinas que produzcan alimentos, también a partir de capacitaciones y programas".
"Hay cada vez más personas de clase media o jóvenes precarizados que se dedican a la producción de alimentos, incluso vegetarianos o veganos. Hay que facilitarles los trámites para que puedan lograr la certificación oficial -porque además es una cuestión de salud pública-, y puedan venderlo en cualquier góndola", finalizó.