La falta de cobertura de salud de la población, el aumento de los copagos por las prestaciones o del precio de los medicamentos, entre otros factores, repercute en el sistema de salud pública. En apenas un año, aumentó un 46 por ciento la demanda promedio de atención mensual en la red de centros de salud del municipio. De acuerdo a cifras oficiales, en los primeros seis meses de 2023, hasta los consultorios de los barrios llegaron 151.793 personas, en su mayoría mujeres y menores de 14 años. El número está apenas por debajo de la cantidad de pacientes asistidos en 2020 y en 2021, en plena pandemia de coronavirus.
Los números se miran con celo en las oficinas de la Secretaría de Salud Pública del municipio. De acuerdo a lo registrado en los primeros seis meses de este año, los centros de salud asistieron en promedio a 25.299 personas por mes. El número es el más abultado de los últimos cinco años y está un 46 por ciento por encima del promedio de pacientes asistidos por mes durante el año pasado.
Si la demanda se mantiene durante el segundo semestre del año, por la red de centros de salud municipales habrán pasado unas 303.586 personas, unas cien mil más que en 2022. La proyección supera incluso las estadísticas de atención de los años de pandemia: en 2020 se concretaron 170 mil consultas y en 2021 fueron 173 mil.
El crecimiento del número de pacientes que buscan en el sistema público una respuesta a sus problemas de salud no es exclusivo de la red de centros de salud del municipio. Hace dos meses, y a propósito del comienzo de las patologías respiratorias, el responsable del Tercer Nivel de Atención del Ministerio de Salud santafesino, Rodrigo Mediavilla, advirtió que solo en pacientes pediátricos la demanda se había incrementado por lo menos un 35 por ciento, y la estimó en un porcentaje similar en el caso de los adultos, mucho antes del comienzo de las patologías invernales.
Con múltiples causas
La red de centros de salud del municipio incluye 43 edificios distribuidos en todos los distritos y consultorios en 7 vecinales. Todos ofrecen atención en pediatría, ginecología, medicina general, clínica, enfermería, psicología, trabajo social, odontología, fonoaudiología y, en algunos, también hay quinesiología. En muchos barrios son el lugar más cercano, en otros el único accesible, donde resolver problemas de salud.
Para el coordinador de toda esta estructura, Fernando Vignoni, el crecimiento de la demanda de atención es similar en números al de 2018, cuando la economía se contrajo inflando los índices de pobreza. "Volvimos a recibir en los centros de salud a personas que se acercan por primera vez al sistema", sostuvo antes de comentar que en lo que va del año sumaron 33 mil nuevas historias clínicas.
Esta población, señaló, llega con distintas historias detrás. Están quienes tenían un trabajo formal, con obra social, y perdieron su cobertura de salud. Pero también los grupos familiares que siguen contando con un plan de salud pero ya no pueden hacer frente al aumento de los copagos que exigen algunas prestaciones o el costo de los medicamentos, o quienes no pueden trasladarse hasta las guardias de los hospitales generales.
Si bien el económico es un factor importante, también hay otros más relacionados a lo social. "La demanda de atención se incrementa además por la migración de familias a otros barrios (fenómeno cada vez más frecuente), el corrimiento de los centros de salud de la provincia o la demanda acumulada que no pudo ser atendida durante los años de la crisis sanitaria", explicó el funcionario.
Leer más: Creció un 35% la cantidad de pacientes en la salud pública
Parte del clima social
De acuerdo a los registros históricos, la atención en los centros de salud tiene un género y una edad: las mujeres son mayoría entre los pacientes y la franja etaria más demandante está entre los menores de 14 años. Las consultas declinan entre los adultos mayores, que logran acceder a una jubilación o pensión y tienen cobertura brindada por el Pami.
“El tipo de demanda es variado. Están las relacionadas con las infancias donde hay requisitos institucionales para que las familias cumplan con controles y certificados de salud; y hay muchas patologías crónicas como diabetes, obesidad, respiratorias”, describió Vignoni.
Acompañando estas consultas, existe otro tipo de atención relacionado con el impacto de la violencia, el clima social y las condiciones de vida de las personas que asisten a los centros de salud, que aumentan las consultas relacionadas con la salud mental.
Según lo destacó Vignoni, “la ola de violencia que atraviesa la ciudad impacta en los centros de salud, ya sea en los procesos de seguimiento y atención de los pacientes víctimas de esa violencia, como en el impacto subjetivo que un hecho traumático tiene en el territorio”.
Vignoni indicó “el compromiso de los equipos de trabajo” para dar respuesta al crecimiento de la demanda. “La cantidad de personal se viene reforzando, pero somos conscientes de que muchas veces no alcanza y corremos detrás del aumento”, reconoció.
Aun en ese contexto, los indicadores de atención siguen mostrando buenos resultados. Por ejemplo, señaló, el 95 % de las personas tiene su esquema de vacunación al día y lo mismo sucede con los controles de embarazadas o niños antes durante el primer año de vida.