“La palabra devolución para mí no existe”, dijo ayer desesperada Alicia Kosinski, quien junto con su pareja Oscar Espinoza, adoptó a dos niñas con síndrome de Down y desde hace seis meses espera que la obra social acate la intimación de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación de brindar cobertura integral a las chicas. “Son mis hijas y no las voy a dejar abandonadas en ningún psiquiátrico como me plantea el auditor y el equipo médico”, aseguró.
La madre de las niñas, que tiene otro hijo biológico también con el síndrome de Down, reclama desde hace un año la cobertura integral de las chicas Evelyn, de 8 años, y Laura, de 16, ya que hasta ahora sólo le habilitaron la prescripción médica para una de ellas.
Kosinski participa del programa Hogar Familia —que depende de Subsecretaría de Inclusión para Personas de Discapacidad provincial—, una iniciativa que brinda respaldo a las personas que decidan adoptar niños con capacidades especiales, y tienen como cobertura la obra social del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Industria de Aguas Gaseosas y Afines (Sutiaga). Alicia reclama, casi desde que adoptó a las niñas, que la obra social se haga cargo de las prestaciones médicas.
La Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación, organismo que tomó el reclamo, intimó en febrero pasado a la cobertura médica para que asista integralmente a las chicas. Según Kosinski, requieren de una psicóloga, fonoaudiología, terapista ocupacional y una docente para que le enseñe a Evelyn, que quedó ciega. Y, como si fuera poco, a Laura se le desató un brote maníaco que demanda la asistencia permanente.
Pero Alicia y Oscar no quieren que permanezca internada en un psiquiátrico. “Me dicen que deje a mi hija en un centro psiquiátrico y que me olvide, pero para la palabra devolución para mí no existe”, aseguró.
Alicia y Oscar son una pareja de clase media, él empleado de una pescadería y ella ama de casa. Viven en el barrio Tiro Suizo. Ambos, desde el momento que adoptaron, buscaron contagiar a otras familias de hacer lo mismo, “porque sinceramente ellos lo piden, lo necesitan y son pocos, muy pocos, los que los eligen al momento de agrandar la familia”.
Pero casi al mismo tiempo que impulsan a otras familias para que adopten, empezaron los problemas para conseguir que la obra social brinde la cobertura a sus hijas y acceso a una maestra integradora para su otro hijo Tomás.
Kosinski volvió a denunciar que son “frecuentes” las negativas a reconocer prestaciones admitidas por ley para las personas con discapacidad. “Todos los días me encuentro a familias con estos mismos problemas”, se lamentó. Las negativas de las prepagas pueden denunciarse en la sucursal de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación (Mendoza 1035).
Alicia y Oscar no bajan los brazos, pese a llevar años peleando para que se cumpla lo que establece la ley 24.901 con sus tres hijos sin tener que recurrir a los abogados, además de todos los profesionales médicos que recorren a diario.