“De chica odiaba los colectivos. Cuando viajaba en ómnibus me mareaba, me descomponía mal”, dice Nadia Espinosa y cierra la frase con una carcajada. Casi 30 años después, es una de las quince mujeres que conducen una unidad del transporte urbano de Rosario. Cinco veces a la semana, más de siete horas al día, se pone al volante de alguno de los coches de la 122 verde y recorre las calles de la ciudad uniendo la zona sur con el centro. Afortunadamente, dice, ya no siente vértigo.
Aunque cueste creerlo, en pleno siglo XXI, la incorporación de mujeres al sistema de transporte local tiene una historia muy breve. Hace apenas tres años, sólo había dos conductoras. Ese año y después de una movida encabezada por algunas de las mujeres que actualmente trabajan en el sistema se aprobó una ordenanza para que los ingresos a las empresas de transporte sean equitativos.
Nadia Espinosa Chofer de colectivos
Video: imágenes Celina Mutti Lovera, producción periodística Carina Bazzoni, edición Andrés Mancini.
La norma, que lleva el número 9979, encomendó al Ente de la Movilidad la creación del Programa Mujeres Choferes del Transporte Urbano de Pasajeros, con el objetivo de abrir la puerta a las conductoras.
image - 2022-02-23T143604.275.png
En mayo de 2019, la ciudad contaba con solo dos conductoras de colectivos. Ese mismo año se sumaron ocho más y en 2020, cuando la pandemia de coronavirus paralizó prácticamente todo el servicio, ingresó otra chofer. En el verano del año pasado, para suplir licencias, se incorporaron otras 5 mujeres.
Según datos de la Secretaría de Movilidad del municipio, actualmente, el sistema de transporte urbano de pasajeros cuenta con un total de 1.616 conductores, de los cuales 15 son mujeres.
Nadia va a cumplir tres años de trabajo en la empresa El Cacique. “Cuando escuché que existía esta movida de mujeres que peleaban por trabajar en los colectivos yo quise ser una de esas mujeres que hicieran el cambio”, dice mientras recorre el estacionamiento de Ovidio Lagos al 2800, donde todos los días toma servicio.
image - 2022-02-23T143637.588.png
Mamá de dos adolescentes y cabeza de familia, sabe de sobra que “muchas veces a las mujeres les cuesta más que a los varones acceder a un trabajo bien pago por el solo hecho de ser mujer”, pero también tiene claro que hay que cambiar esa historia. “Hay que correr esos límites”, afirma.
En su caso, llegar a la primera entrevista en una empresa de colectivos no fue fácil. Entre otras cosas porque para sacar el carné para la conducción de colectivos, tuvo que alquilar una unidad. Y no sólo tuvo que buscar precio en varias empresas, sino también pedirle a un amigo que le preste su nombre para hacer el trámite. “Nadie quería alquilarle un colectivo a una mujer”, recuerda.
Pero no se desanimó. Pasó el examen práctico y varias entrevistas de trabajo. Se sobrepuso a los horarios nocturnos, a la voracidad del tránsito en el centro y a la sorpresa de los pasajeros.
“Mi trabajo me da mucha alegría, creo que las mujeres conducimos de una forma más respetuosa y más cuidadosa y que podemos aportar mucho para mejorar el transporte púbico”, asegura y pide que se remarque en la nota que “todas” las mujeres están capacitadas para ser conductoras.
“Siempre digo, no tenemos que empujar los coches, tenemos que manejarlos. Y eso lo podemos hacer tan bien o mejor que los varones”, concluye.
image - 2022-02-23T143518.163.png
Esta nota forma parte de una serie de reportajes que La Capital realizó en el marco del 8 de Marzo tradicionalmente reconocido como el Día de la Mujer Trabajadora y retomado por los movimientos feministas en los últimos años como una jornada de lucha de mujeres y diversidades donde se lleva adelante el Paro Internacional y Plurinacional de mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, intersex, identidades no binarias, personas con discapacidad, afros, originarias e indígenas y se visibilizan las luchas de las mujeres e identidades femenizadas no solo en los ámbitos laborales, sino contra todo tipo de discriminaciones y violencias. "Una en medio millón", cuenta las historias singulares de mujeres que abrieron caminos y lo siguen haciendo en espacios históricamente masculinizados y toma el dato de la población estimada de mujeres que habitan la ciudad, algo más de 522 mil de acuerdo a las estimaciones para el 2018.