El frío se adelantó y, con él, las tragedias. Tres víctimas fatales por monóxido de carbono en la ciudad de Santa Fe y dos en Rosario encendieron todas las alarmas en las instituciones, y apuraron la difusión del tema y de las recomendaciones para para prevenir las intoxicaciones con este gas que no tiene olor y que mata silenciosamente.
Es por eso que en Rosario, Bomberos Voluntarios y Litoral Gas decidieron aunar criterios en una campaña de prevención, que este martes tuvo su primer lanzamiento en el cuartel de Rioja al 2800. La idea es generar difusión sobre los efectos del monóxido de carbono en el cuerpo, las formas de actuar de las personas que se intoxican y quienes las rodean, pero también generar canales de comunicación entre institución y empresa, y una suerte de protocolo de acción frente a los casos que se presentan.
Así lo explicó a La Capital Verónica Fulco, encargada de Capacitación de Bomberos Voluntarios, quien adelantó que la intención es trabajar conjuntamente también con la Empresa Provincial de la Energía en la prevención y acción frente a incendios por sobrecargas eléctricas, también comunes en esta época del año.
Cómo evitar el monóxido de carbono
Junto a Fulco, Francisco Panero, jefe de Mantenimiento de Litoral Gas, se refirió a la prevención y a los recaudos que se deben tomar para evitar inhalaciones de ese gas tóxico. "Recomendamos revisar las instalaciones de gas, cada uno de los artefactos par evitar tener una mala combustión. Es un gas silencioso, que no vamos a percibir. Es indispensable que hagamos una revisión de los artefactos, la llama siempre tiene que ser azul en cualquiera de ellos, y que mantengamos las ventilaciones desobstruidas. La gente que se muda, sobre todo, tiene que estar tranquila de que las instalaciones están en condiciones. Lo aconsejable es hacerlo una vez por año, si lo hacemos con mayor periodicidad, mejor. Y si el artefacto es nuevo quizás no sea necesario, pero al año hay que revisarlo. Y eso es necesario hacerlo con todos, incluso con los que se usan todo el año, como la cocina", dijo. Asimismo, señaló que uno de los signos de mala combustión son las manchas alrededor del artefacto.
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A su lado, Fulco añadió: "El saber salva, mientras más sepamos, más seguros vamos a estar, porque vidas enteras se han perdido. A veces nos vamos a dormir sin saber ni revisar que se está produciendo una mala combustión en un artefacto, y de pronto nos encontramos con dolores de cabeza, mareos, somnolencia, y otros síntomas aun más graves. Es importante saber para salvar la propia vida y la de los seres que queremos".
Desde Bomberos Voluntarios
Paula Serra es médica y también oficial inspector del cuerpo de Bomberos Voluntarios. En diálogo con este diario, trató de hablar "no tanto como bombero, sino como parte de la comunidad". La profesional advirtió que en el caso de haber fuego, no se debe ingresar al lugar sino llamar al 911 o al cuerpo. "Si no hay humo, ni fuego y hay una persona que sospecho que puede estar intoxicada con monóxido de carbono tengo que ingresar, apagar inmediatamente el artefacto que esté generando la combustión y ver si son síntomas leves o graves. Entre los leves están el dolor de cabeza, mareos, somnolencia, debilidad, decaimiento, náuseas. Los graves serían ya pérdida de conocimiento, convulsiones o paro cardiorrespiratorio. Ahí hay que hacer reanimación cardio pulmonar. Es importante que la gente sepa hacerlo. Y obviamente hay que llamar a los sistemas de emergencia. Y en ese caso quizás no es necesario llamar a los bomberos".
También explicó que si hay un principio de incendio y se tiene matafuegos a mano, se puede extinguir pero sobre todo establecer las condiciones para que pueda ingresar.
Monóxido de carbono y gas común
Por último, se refirió la diferencia entre lo que es una pérdida de gas y ala formación de monóxido de carbono. Este último, refirió, no tiene olor, ni color, ni sabor, no irrita las mucosas, no te lagrimean los ojos, nada. Es fatalmente silencioso, y se produce por una mala combustión, el combustible se está quemando mal, la llama es anaranjada y no azul. En cambio, si hay una pérdida de gas, es otro tipo de peligro: puede haber una explosión, un incendio, y peligro de asfixia, no de intoxicación. Las pérdidas de gas impiden respirar, en cambio el monóxido ocupa el espacio que debe ocupar el oxígeno en torno a las células.
El 13 de mayo, un gendarme de 21 años fue hallado muerto en un domicilio de Buenos Aires al 3000, presuntamente por inhalación de monóxido de carbono. Un compañero que compartía la casa debió ser hospitalizado. Pocos días después, el 21 de mayo, falleció por la misma causa Mario Alsina, de 79 años, en una vivienda de Branzaza 2780. Otras tres personas, entre ellas una niña de 3 años, fueron internadas. El 25 de mayo, Fiama Mariela Schneider, de 25 años, y Gianfranco Emanuel Segovia, de 28, aparecieron muertos en un domicilio de San Martín al 1800 de la ciudad de Santa Fe. Y un día después otra tragedia enlutó al barrio santafesino de Colastiné Norte: un adolescente de 15 años, Roberto Carlos Miño, murió y su padre, Juan Carlos Miño, fue internado de urgencia y peleaba por su vida.
Demasiadas tragedias en pocos días. Por eso se multiplican las recomendaciones y, en este caso, los Bomberos Voluntarios y la empresa distribuidora del combustible en los hogares se pusieron de acuerdo para iniciar una campaña conjunta de difusión y un trabajo integrado de comunicación, prevención y acción.
<Hallaron a un gendarme muerto y otro inconsciente dentro de una vivienda en zona sur