Por Lucas Ameriso
El miércoles al mediodía, la edila radical se presentó en Fiscalía Regional para presentar un escrito en donde se detallan sucesos intimidatorios.
En la denuncia se plantean al menos tres episodios que deberán ser investigados por la fiscal Juliana González. En uno de ellos, se destaca que un grupo de taxistas fue a zona oeste a preguntar dónde se encuentra el domicilio de Schmuck, y hasta llegaron a contactar a un empleado del Concejo Municipal en un local gastronómico.
En otro hecho extraño, y en plena madrugada, a la edila «se le prendieron al timbre» en dos oportunidades. El hecho más grave se produjo cuando llegó a sus oídos la "inquietud" de este grupo de taxistas por saber a qué colegio iban sus hijos.
Otro trabajador del volante le hizo saber que en un WhattsApp se difundió la intención de "asustarla, para que se deje de joder". Frente a todo ello, es que hizo una denuncia preventiva. "A mí no me cabe ninguna duda que todo esto está relacionado con la mafia de la Terminal. Todas las semanas estamos aportando a la Justicia testimonios, videos. Por eso asocio estas intimidaciones con la mafia que allí opera", sentenció.
Al margen de su pertinaz voluntad de avanzar para garantizar que el resto de los taxistas puedan ascender y descender pasajeros en las paradas de Santa Fe y por Cafferata; Schmuck pidió que se instalen dos cámaras, una por cada parada.
"En vez de intimidarme, seguiré adelante. Esto me da más energías, pero evidentemente existen intereses más importantes de lo que se presumía. De lo contrario, no se molestarían en mandarme estos mensajes", consideró la legisladora amenazada.
Miguelitos
En otro orden de cosas, las paradas "libres" parecen ser una expresión de deseo, más que una realidad. Así lo evidencian varios testimonios que recopiló este diario de taxistas que solicitaron el anonimato por temor a represalias.
"Cuidate, te vas a arrepentir". "No pares acá. Vas a tener problemas". Así fueron las amenazas recibidas por taxistas que narran escenas similares a las que ya fueron viralizadas anteriormente.
Ahora la modalidad es rodear el taxi "foráneo" que llega a la parada por calle Santa Fe, dentro de la Terminal de Omnibus. Los "locales", miran al conductor para dejarles alguna frase amenazante, se les suele tomar el RA (número de licencia) para hacerles saber que están "marcados" y hasta trascendió que se les han colocado clavos o miguelitos para que se les pinche el neumático.
"Son los mismos de siempre", remarca un damnificado. Otros aportan los apodos que se escuchan y se repiten una y otra vez: "Juan de la Salada, el Indio, Tortita, Monito, Tyson y Pantera".
Los trascendidos sobre la organización apuntan en varios sentidos. Ahora falta que la Justicia avance.