En al menos seis calles del radio céntrico las autoridades deberán prohibir el estacionamiento de vehículos o apelar a otro tipo de solución para que las bicisendas puedan coexistir con el tránsito. Este hecho está generando cada vez más polémica en el seno del Concejo Municipal.
Para citar algunos ejemplos, los cuestionamientos se alzan con más virulencia en la ciclovía de Alem (de San Luis a Mendoza) donde aún hay que resolver el levantamiento del estacionamiento a 45 grados. Y también en otros segmentos: por calle Buenos Aires (desde Pellegrini a 3 de Febrero), San Luis (entre Maipú y Alem), Salta (desde Oroño a Entre Ríos), Catamarca (desde Mitre a Oroño) y Entre Ríos (desde San Luis hacia Pellegrini).
En estos sectores del casco céntrico, o bien queda un solo carril para circular en auto, ya que se pintó la bicisenda y se permite estacionar, o bien el ancho de la calle dificulta la circulación.
"Las calles son estrechas, pero hay que tomar decisiones sobre lo que se privilegia y aceptar que el tránsito se lentificará. Una de las dificultades es la relación con los comerciantes, pero quien tiene el poder político es el Ejecutivo, al que veo sin fuerza y dando vueltas para tomar medidas como la eliminación del estacionamiento a 45 grados o fijar la tarifa de bicicletas, cuyo mensaje ingresó al Concejo hace tres años y recién se aprueba. Pueden haber temas puntuales, pero hay que convivir con todos los sistemas de transporte", resumió el concejal justicialista y vicepresidente del Ente de la Movilidad, Osvaldo Miatello.
Extorsión. Otro que alzó su voz es el edil kirchnerista Roberto Sukerman. "La Municipalidad está avanzando antes de prohibir el estacionamiento. Nos resulta un apriete o una extorsión hacia nosotros (por los concejales) en base al hecho consumado", consideró.
Así, con la aprobación del sistema de alquiler de bicicletas públicas, los vibraline y las líneas amarillas vienen avanzando en las calles del centro. Y la discusión entre Intendencia y la oposición en el Concejo está a la orden del día.
"Hemos pedido parar la pelota y consensuar en cada tramo de las bicisendas, pero se avanza unilateralmente cuando antes se necesita que el Concejo vote la prohibición del estacionamiento, ya que en algunos casos resulta incompatible con la bicicleta", consideró Sukerman.
En tal sentido, reflexionó: "Estamos de acuerdo con las bicisendas, pero al final terminamos siendo críticos de una medida que teóricamente habíamos acordado".
Mientras tanto, ya hay sectores de media docena de calles céntricas en las que la bicisenda reduce la arteria a un solo carril. En consecuencia, el tránsito por esas calles deberá ser indefectiblemente más lento.
Además, en algunas hasta resulta peligrosa para la integridad física del ciclista. Tal es el ejemplo de la ciclovía situada por calle Alem. Es más, en la intersección de Alem y Mendoza el ómnibus de la línea K directamente invade la bicisenda porque no le da el giro.
Cumplir las normas. Sukerman, en tanto, reflotó una ordenanza de 2003 para exigirle a la Intendencia que reglamente un registro de propietarios de bicicletas, el uso obligatorio del casco y elementos retroreflectivos como los ojos de gato en los rodados.
Sukerman ingresó el viernes pasado un pedido a la intendenta Mónica Fein para que reglamente la ordenanza 7.513 (cuyo autor es el ministro de Seguridad santafesino Raúl Lamberto) que establecía un ordenamiento vial para ciclistas.
Allí se establecían los carriles, ciclovías, la creación de un registro de propietarios de bicis con un número de identificación grabado en el cuadro de un rodado. Además la norma imponía para el 2005 el uso obligatorio del casco de protección, ojos de gato, bocina, destelladores y espejo retrovisor. A su vez se imponía una campaña educativa.
"Hoy es una ordenanza absolutamente actual. Si le están dando tanta entidad al ciclista, el mismo debe asumir su responsabilidad en el manejo al igual que una moto, un auto o un colectivo. Se tiene que hacer cargo de las faltas que produzca y cumplir con las obligaciones", finalizó Sukerman.
Oroño
La bicisenda sobre bulevar Oroño fue la primera que detonó la problemática. Allí se analizó prohibir el estacionamiento en el tramo que va de Oroño al río, pero la fuerte resistencia que encontró la medida obligó a mandar la idea al freezer. Ahora la ciclovía iría por las calles paralelas.