La oposición se prepara para disputar la presidencia del Concejo Municipal el 10
de diciembre próximo, apenas asuman los ediles electos el domingo pasado. Pero el oficialismo, que
no contará desde ese día con mayoría propia en el Palacio Vasallo, buscará retener la jefatura
sacando chapa de primera minoría. Es que, como ambos sectores estarán igualados en once bancas, por
reglamento desempatará el voto doble del titular del cuerpo.
La noche del escrutinio provisorio, Héctor Cavallero, electo concejal
justicialista, dio las primeras señales desde su búnker de campaña: "El socialismo tiene once
ediles y nosotros también. Llamamos al resto de la oposición a concertar una estrategia común". Y
muchos obraron en consecuencia.
Los radicales Jorge Boasso, quien en diciembre iniciará su quinto período
consecutivo, y Daniela León renovaron sus propios mandatos y ya se mueven, en función del mensaje
descifrado en las urnas, para que la jefatura del Concejo recaiga en la oposición.
Lectura. "Los rosarinos votaron en rechazo a la mayoría automática. No es un
capricho opositor y debemos obligar a un consenso duradero. Surgió naturalmente y es una posición
institucional", explicó Boasso a La Capital.
En ese contexto, resultarán clave para sustentar la jugada de la oposición los
roles a desempeñar por los electos concejales Laura Weskamp (PRO) y Alberto Cortés (Proyecto Sur),
también encargados de romper la polarización entre el socialismo y el PJ.
Desde el bloque Encuentro por Rosario, María Eugenia Bielsa adelantó los pasos a
seguir a fin de año: "Si somos once, porque en principio Weskamp y Cortés están en la oposición,
haremos la propuesta (para la presidencia). Luego habrá que someterla a tres votaciones y, llegado
el caso, a un sorteo".
Al fundamentar la decisión de dar pelea por la titularidad del cuerpo,
alimentada por las aspiraciones oficialistas, la ex vicegobernadora advirtió sobre la necesidad de
no incurrir en una contradicción "después de haber denunciado permanentemente el abuso de la
mayoría propia".
Por lo pronto, en el PRO reconocieron que la estrategia opositora "está siendo
evaluada". Y enfatizaron que "todavía no hay una decisión" al respecto. Cortés, por su parte,
también se mantiene expectante.
El poder de decisión del titular del Palacio Vasallo en caso de empate lo
determina la llamada ley Borgonovo, sancionada en diciembre de 2002 por la Legislatura, que redujo
el número de ediles en los cuerpos según corresponda a municipios de primera o segunda
categoría.
Reforzando su característico blindaje interno, desde la bancada socialista sólo
admitieron que "el tema aún no empezó a discutirse" y recordaron que "la lógica indica que la
presidencia le corresponde a la primera minoría".
Tampoco descartaron la continuidad de Miguel Zamarini como jefe del cuerpo, más
allá de ciertos cortocircuitos con el Palacio de los Leones, posibilidad bien vista por algunos
referentes justicialistas. Aunque otras voces opositoras instalaron la duda en base a la futura
irrupción de Clara García, con experiencia en la gestión municipal.
La puja por la poltrona central del Concejo promete un correlato picante.
"Tenemos que evitar un nuevo aumento indiscriminado de la tasa general de inmuebles (TGI) y del
derecho de registro e inspección (Drei). La presidencia del cuerpo en manos del socialismo
desembocará en esa embestida", concluyó Boasso.
Escenario. Tras lo comicios en Rosario, el Frente Progresista retuvo cuatro de
las cinco bancas que puso en juego, mientras que el PJ quedó con tres (la misma cantidad de ediles
que finalizan su mandato). El radicalismo obtuvo dos, mientras que el par restante se dividió entre
el PRO y Proyecto Sur.
De los cuatro ingresantes oficialistas, uno pertenece a la UCR (Gonzalo del
Cerro) y otro al ARI-Coalición Cívica (Oscar Greppi).