El abogado defensor del automovilista imputado por atropellar a manifestantes que cortaban una calle en el microcentro de Rosario criticó la decisión judicial que dejó a su cliente en prisión preventiva por un mes mientras avanza el proceso. Martín Scocco afirmó que su representado “no tuvo intenciones de atropellar” a la gente que interrumpía el tránsito y afirmó que “no está acreditado” que las lesiones sufridas por las víctimas hayan sido por el avanzar del auto, “sino que fueron por los golpes” propinados al coche de su cliente.
El hecho sucedió el viernes pasado durante una manifestación de trabajadores de la industria del tabaco que cortaban el tránsito en Entre Ríos al 400, frente a la Cámara Federal de Apelaciones. Alrededor del mediodía, E.G.M, un ingeniero que conducía un Ford Fiesta de color amarillo, intentó atravesar el piquete y en esa maniobra embistió a varios manifestantes y luego siguió de largo, según se desprende del fallo conocido ayer. Esa actitud del automovilista causó indignación de los manifestantes, que salieron a correr y al alcanzarlo en Entre Ríos y Corrientes le rompieron el coche a golpes. Ayer el juez Julio Negroni lo imputó por lesiones leves con dolo eventual y lo dejó en prisión preventiva por 30 días.
En diálogo con el programa “El primero de la mañana” de LT8, Martín Scocco, abogado defensor del ingeniero, expresó: “Fue una situación inesperada. Mi cliente no fue un conductor alocado que atropelló un piquete. No había operativo policial que cortase la calle. Él venía por calle Tucumán y al doblar por Entre Ríos, se encontró sorpresivamente con la manifestación”.
“En ese momento -sostuvo Scocco, citando dichos de su cliente-, la gente que estaba cortando el tránsito se abalanzó sobre el auto y también varias personas se le pusieron por detrás. Mi cliente frenó pero se encontró con una situación en la que tuvo miedo y no sabía qué hacer. Si retrocedía con su vehículo, atropellaría a los que estaban detrás y si bajaba del auto tenía un miedo más que fundado de que lo agredieran o golpearan. No había policías cerca y le estaban golpeando el auto, además de insultarlo”.
Scocco indicó que. ante esa situación, el ingeniero “trató de avanzar de a poco, casi a paso de hombre y la gente se fue abriendo, mientras le golpeaban el auto y lo insultaban. Cuando dobló por Urquiza, paró por el semáforo de Corrientes y a través del espejo retrovisor vio, cuando ya se había ido del lugar de la concentración, que un grupo comenzó a correrlo. Era una multitud que comenzó a correr hacia él. Mi cliente esperó el verde y dobló por Corrientes, pero ahí tuvo que detenerse por el tráfico a la altura de Empleados de Comercios. Entonces hubo una secuencia de unos diez minutos hasta que llegó la policía en la que tomaron a golpes hasta destruir por completo el coche. Rompieron todo los vidrios, el auto quedó todo abollado”.
>> Leer más: Atropelló a manifestantes y huyó, pero lo alcanzaron: le destrozaron el auto
“En todo momento mi cliente buscó la mejor solución posible para ese dilema en el que estaba. Al encontrarse con el piquete tenía miedo, porque ya había sufrido un robo en un piquete en Circunvalación hace dos años. Las víctimas presentaron lesiones en nudillos, cortes en palmas de las manos, raspaduras en las piernas. Todas marcas compatibles con los golpes que recibió el auto. El auto tiene sangre de los manifestantes de los golpes que dieron. En el expediente no está acreditado que la concentración estuviera autorizada ni que hubiera control. Mi cliente refirió que no intervino nadie. Si hubieran estado cortada la calle, mi cliente no hubiese podido pasar”.
“Cuando vio la manifestación, frenó y la gente rodeó el auto. lo quieren hacer bajar del auto y él se asustó. No había policías ni personal de Tránsito que interviniera, eso no ocurrió hasta que llegó a Corrientes ya con el auto destrozado. El quería salir del piquete, no bajándose porque tenía miedo de que lo golpearan, un temor fundado, y tampoco podía retroceder porque no lo dejaban”, agregó.