Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) mueren 3.500 personas por día a causa de las Hepatitis Virales Crónicas. La mitad de las personas que padecen estas enfermedades desconocen su diagnostico por no presentar síntomas. Por eso, la Asociación Hepatitis Rosario impulsa una nueva jornada de detección y vacunación para combatir esta afección.
La campaña se realiza en el marco del Día Mundial de la Hepatitis, celebrado cada 28 de Julio. "La gente cree que no la tiene, entonces llega a la consulta teniendo cirrosis, cáncer o la enfermedad muy avanzada", alertó la fundadora de Hepatitis Rosario, Edith Michelotti. Por eso, la asociación realizará el próximo miércoles 31 una jornada gratuita de difusión, prevención, detección y vacunación en el Mercado del Patio (Cafferata y Santa Fe), de 10 a 14.
"Estuve luchando para que la campaña se haga fuera del centro. En los barrios periféricos vamos a encontrar más gente enferma. Hemos trabajado en la plaza Pringles, San Martin, siempre muy céntrico. Pero ahora estaremos en el Mercado del Patio. Después iremos a las Cuatro Plazas, a la zona sur. Hay que hacer una campaña de manera periférica. La gente no sabe sobre la enfermedad", señaló Michelotti.
El 50% de las personas con hepatitis crónica desconoce su diagnóstico. Realizarse el test para las hepatitis A, B y C es importante porque permite iniciar un tratamiento oportuno y evitar la transmisión. Actualmente, la A y B son prevenibles con vacunas. Los tratamiento para la hepatitis B crónica y para curar la C son seguros y altamente efectivos. Detectar la enfermedad con tiempo es fundamental.
Las hepatitis B y C se transmiten mediante relaciones sexuales sin preservativo, a través del uso compartido de agujas, jeringas, canutos o elementos cortopunzantes con personas infectadas, o al hacerse un tatuaje o piercing con material no descartable o debidamente esterilizado. Al mismo tiempo, son enfermedades que cuando van a la cronicidad no dan síntomas específicos.
Sobrevivir la hepatitis y contarlo
Edith Michelotti tiene 83 años y es sobreviviente de hepatitis C. En 2005 le descubrieron la enfermedad de casualidad. Había convivido treinta años con hepatitis sin saberlo. No tenía ningún síntoma, trabajaba y se sentía bien. "Pensé que había un error", recuerda. "Tenía tres cuartas partes de mi hígado convertido en una piedra, sin ningún síntoma", rememora Michelotti.
"Hice un tratamiento feroz, terrible física y emocionalmente. Seis meses después me enteré que no me había curado. En todo el transcurso de la enfermedad fui escribiendo. Terminó siendo un libro. Era muy importante contar lo que había pasado".
En 2016 encontró la cura de la hepatitis C y ahí escribió un segundo libro con la primera pastilla que tomó. "Sin efectos secundarios, me curé. Eso puede suceder cuando se agarra a tiempo", afirma.
Michelotti considera que existen dos silencios cómplices. Uno es el de la enfermedad, que puede evolucionar de manera imperceptible. Por otro lado, el silencio de los gobiernos del mundo: 3.500 personas mueren por día por hepatitis crónica. "Está en el mundo y el silencio continúa", reflexiona.
Por otro lado, el tratamiento es caro pero existe. "Por suerte existe el Programa Nacional de Salud que vuelve obligatorio conceder el tratamiento. Si alguien no tiene cobertura médica y se atiende en el Centenario, por ejemplo, tendrá el derecho de tener todo el tratamiento cubierto", asegura. De todos modos, también indica que los medicamentos han bajado de costo y se han vuelto más accesibles para aquellos que tienen obra social.