Los perros y gatos, entre otras mascotas domésticas, padecen los estruendos de la pirotecnia tanto o peor que los recién nacidos.
Las fiestas de fin de año son sinónimo de festejo y alegría, pero hay seres que ante la mínima explosión de pirotecnia experimentan una sensación tan particular que los lleva al extremo, como si se tratara de una guerra o algo cercano a la muerte. Se trata de los animales de compañía, tales los casos de perros y gatos. Así lo afirman con testimonios estremecedores desde el Colegio de Veterinarios de Rosario a la hora de concientizar a la población sobre las graves consecuencias que provocan los explosivos en las mascotas. Aquí los detalles.
En declaraciones a La Capital, la veterinaria Viviana Infanti, miembro de la comisión directiva de la entidad local, precisó que los animales "no tienen en cuenta que es un festejo y tampoco tienen certezas de que no les pasará nada ante un estruendo".
Pirotecnia: qué sienten los animales
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Los animales, preferentemente, no deben quedar solos y mucho menos atados durante las fiestas.
Eso ocurre tanto en la víspera de Navidad o Año Nuevo y se potencia una vez que llegan las 12 de la noche. De ese modo, aquello que representa un brindis es lo peor para la población animal. Ocurre que la conducta emocional animal se compara a la de un bebé recién nacido al no tener conocimiento de un clima festivo, lo cual representa un panorama aterrador para estas especies.
"Es aterrador, se sienten en un entorno comparable a un momento de guerra o la sensación del fin del mundo. Lo más triste es que algunos atacan el artefacto explosivo como síntoma defensivo y muchos mueren por hemorragias al explotarle la bomba de estruendo o algún otro proyectil de alto o mediano impacto", lamentó.
"En la desesperación vuela todo, ya que lo que para el humano es un instante de festejo no lo es para un animal. Un animal que está en la calle, silvestre, como las mismas palomas y pájaros, no tienen capacidad de razonar de esa manera", evaluó.
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Asimismo, apuntó que ante este panorama festivo, "lamentablemente hay morbo ya que hay gente que arroja pirotecnia cerca del animal para que vaya y ataque ese artefacto. Porque el animal, instintivamente, intentará defender la vida de sus amos y la suya".
Según comentó, eso provoca serios daños en la salud animal, tales como problemas neurológicos, cardíacos y estrés excesivo. "He visto pacientes que quedan atascados detrás de los inodoros, bidés o rejas. Durante estas noches de festejos, hemos recibido no menos de 10 animales por guardia de urgencia con insuficiencia cardíaca, accidentados, atropellados por vehículos, más allá de la gran cantidad de animales extraviados", describió.
Detonaciones
En ese marco de detonaciones, contó que las únicas medida paliativas son proteger, contener o medicar, pero para eso el animal debe gozar de una buena salud para que su vida no corra peligro.
Aparte del perro, otra especie que también sufre los embates del uso de pirotecnia durante estas épocas festivas es el gato, propenso al estrés.
"La tendencia es esconderse porque el estrés que le genera la explosión de bombas es impactante. Muchos se vuelven anoréxicos, sufren deshidratación y, en muchos casos, corren riesgo de vida", consignó.
En ese sentido, señaló que el gato es un animal muy estresable y eso conlleva a síntomas tales como falta de líquido, pérdida de pelo o problemas digestivos por semanas o meses.
"Son patologías muy incómodas para el ámbito familiar", acotó. Es por todo esto que Infanti aconsejó festejar sin la necesidad de utilizar la pirotecnia como manera de pasarla bien.
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