Unas 220 personas fueron desalojadas este sábado a la noche de una fiesta clandestina que se organizó en una obra en construcción en Balcarce 129. El edificio que ya se comercializa con detalles de categoría y ambientes de diseño fue la improvisada pista de baile entre portland, cemento, hierros para promover un encuentro en el que no faltaron dos barras de tragos, una chopera y potentes parlantes que desataron la algarabía de los participantes en plena noche del sábado. El segundo nivel estaba a pleno, cuando los llamados de vecinos al 911 alertando sobre los ruidos molestos le pusieron punto final a la jornada. Cuando los inspectores comenzaron a evacuar a los participantes, un joven de 37 años se identificó como el organizador y arquitecto vinculado a la obra. A los infractores y a los responsables del emprendimiento les podría caber una multa superior a los 4,5 millones de pesos por organizar un evento así en un lugar no habilitado, pero las sanciones podrían ser más severas por tratarse de un lugar sumamente precario y peligroso. Lo cierto es que este lunes, todas la actuaciones llegarán al Tribunal de Faltas y a la Dirección de Obras Particulares.
La música electrónica volaba a los cuatro puntos cardinales en pleno macrocentro rosarino, cercano a la costa y en uno de los barrios con alto valor inmobiliario. Allí se erige la estructura de lo que será otra torre más, en la que existe una empalizada, bandejas de protección y un chapón donde figuran los responsables del proyecto ejecutivo, dirección y otros datos como corresponde a la normativa.
Pero lo que son los ruidos tradicionales de las amoladoras, mezcladoras, palas y martillos la noche del sábado los transformó en música al palo que emanaba del segundo nivel en construcción. La reacción de los vecinos no se hizo esperar y los llamados a la central policial 911 alertaron de la juntada ilegal.
Cuando la motorizada de la UR2 y los inspectores de proximidad municipal arribaron al lugar se encontraron con una típica fiesta clandestina, con todos los detalles: barra de tragos, mesas con copas, una chopera lista para despachar cerveza y parlantes con sus soportes que los elevaban y difundían música para amenizar la noche. En el interior de unos cortinados de plástico puesto en forma improvisada, unos 220 comensales daban rienda suelta a la diversión.
Al momento del corte del sonido, de la evacuación y la confiscación del material que fue remitido a la seccional 2ª con intervención de la fiscalía en turno, un participante admitió ser uno de los organizadores. Según relató a La Capital el secretario de Control y Convivencia, Diego Herrera, "dos personas se hacen responsables del evento. Una es un arquitecto de 37 años (se trataría de Bruno B. y estaría directamente vinculado a la firma constructora del futuro edificio) y otra cuyo DNI refiere a un domicilio en Venado Tuerto y que también decía que era arquitecta". Según indicaron fuentes oficiales ambos se presentaron así ante la policía que hacía el procedimiento como al jefe de Proximidad del municipio.
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Agentes municipales y efectivos policiales se hicieron presentes en una obra de Balcarce al 100, donde se desarrollaba una fiesta clandestina.
Por lo que narraron los agentes se trató de una fiesta clandestina "tope de gama", con gente con vestimenta de alto costo y diseño de un ambiente socioeconómico acomodado. Las infracciones, son por un lado, por causar ruidos molestos y por el otro organizar una fiesta sin habilitación, pero podrían enlistarse más irregularidades por el contexto en donde se realizó. En tal sentido, tampoco se descarta alguna actuación o intervención del Colegio de Arquitectos para analizar si existe o no alguna inconducta sancionable a los profesionales que oficiaron como organizadores de un festejo en un lugar donde se construye un edificio y presenta lugares vulnerables y riesgosos para las personas que fueron hasta allí.
En las últimas horas ya se cursaron las actuaciones a la Dirección de Obras Particulares del municipio para que evalúe los pasos a seguir en relación a los permisos de construcción, edificación y la infracciones que pudieren caberle a la firma constructora por la fiesta clandestina en un lugar peligroso, sin elementos de seguridad y sin iluminación, entre otras presuntas irregularidades. Y la misma preocupación recaerá sobre los matriculados.
Lo que resta detallar es si quienes admitieron ser los organizadores son quienes están a cargo de la obra en construcción. En tanto, los agentes remitieron las bebidas alcohólicas y el sonido a la comisaría segunda con jurisdicción en la zona. También se giraron las actuaciones al Tribunal Municipal de Faltas y a Obras Particulares.
Lo cierto es que quedó estampada la faja de clausura preventiva, que no podrá levantarse hasta tanto se esclarezcan varios puntos y se fijen sanciones. Mientras dure esta situación la empresa podrá retirar maquinaria o elementos pero no podrá tener actividad, ni permitir el ingreso de operarios.
Una fuente del Tribunal Municipal de Faltas fue claro ante la consulta de este diario: "De movida encuadra el artículo 205 que regula la sanción a quien organice la fiesta clandestina. Pero será el juez que entienda quien verá el caso concreto", adelantó el alto funcionario.
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Algunos de los barriles de cerveza que estaban en la obra en construcción convertida en salón de fiestas.
Según la ordenanza 10.212 se sancionará con multas de 2.300 a 4.600 Unidades Fijas (UF, equivalente a un litro de nafta súper) y también de corresponder , clausura de hasta 90 días. Es decir que si a nivel pecunario se le aplica lo máximo a nivel sanción tendrían que pagar una cifra superios a los 4.500.000 pesos.
Es más, los funcionarios del Tribunal adelantaron que esta causa podría ir a juicio por jurados integrados por vecinos de la ciudad. Así lo expresa el artículo 81 del Código. "A petición del procurador de Faltas, o con su anuencia cuando fuera requerido por la persona presuntamente infractora, el juzgado a cargo de la causa podrá determinar que el juzgamiento lo lleve a cabo un jurado vecinal, únicamente cuando se trate de infracciones que impliquen graves afectaciones a la convivencia ciudadana, o puedan ser generadoras de violencia o provocar graves daños a la salud o al ambiente, o causen graves daños a los servicios públicos, y siempre y cuando la sanción económica contemplada en el mínimo legal, sea igual o superior a 500 UF, o implique clausura o inhabilitación por más de 90 días". De modo que este expediente podría encuadrar.
"Bregamos todos los días y a toda hora por el cumplimiento de la norma. Con acciones rápidas y certeras pudimos intervenir y devolver el descanso a los vecinos del barrio y el resguardo a los asistentes. Es bueno que la ciudadanía sepa que puede contar con nosotros", había dicho Herrera apenas se conoció la noticia. Y tal como se analizan ahora las sanciones, el funcionario recordó que la fiesta electrónica se estaba desarrollando en el segundo piso de un edificio en construcción sin final de obra, lo que supone además de las molestias ocasionadas por los ruidos, una situación de riesgo para los asistentes.
Control y Convivencia recordó que en el lugar se hallaron equipos de sonido y dos barras con cajas de bebidas alcohólicas. Todos los elementos fueron incautados y quedaron a disposición del Juzgado de Faltas.