Mala noticia para los amantes del invierno. Según proyecciones realizadas por expertos internacionales en clima, la temperatura de los veranos rosarinos puede llegar a ser como la de Asunción (Paraguay) en 2100 si no se detiene el proceso de cambio climático que afecta a todo el planeta. Esto significa que la ciudad podría pasar de tener una temperatura máxima promedio de 30,9 grados a un nuevo rango de 34 grados si el nivel de emisión de gases no se reduce, una suba que generaría enormes impactos económicos, ambientales y de salud.
Así se desprende de una estimación puesta en práctica por Climate Central, una organización de investigación y comunicación basada en Estados Unidos que utilizó la escala de los modelos climáticos globales evaluados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para conocer los efectos en las temperaturas estivales de varias ciudades en el año 2100.
Para eso utilizó dos escenarios diferentes de cambio climático —uno con emisiones elevadas y otro con emisiones moderadas— para después vincular cada ciudad seleccionada con una ciudad que ya experimenta esas temperaturas en la actualidad.
Así, en el peor de los escenarios (en el que nada cambia a nivel emisiones) Rosario podría tener en los próximos 80 años el clima que hoy tiene Asunción en verano, con promedios máximos de hasta 34 grados centígrados.
Si se logra moderar el nivel de emisiones y el calentamiento global empieza a controlarse, la ciudad igual pasaría a tener veranos más cálidos en 2100, equivalentes a los que hoy tiene Aruba, pero sin el mar Caribe ni las playas de arenas blancas.
Otras dos
Además de Rosario, los expertos trazaron esos escenarios para otras dos ciudades argentinas: La Plata y Córdoba. En el caso de la capital bonaerense, su promedio máximo de temperaturas estivales pasaría de 29.2 a 32 grados en el peor escenario (tendría las temperaturas de Fortaleza), mientras que en el escenario moderado pasaría a tener el promedio que hoy tiene Rosario (30.9).
Córdoba, por su parte, sufriría una fuerte suba al pasar de los actuales 29.9 promedio a 34 grados como Asunción en el escenario sin cambios, mientras que si se logra controlar al menos en parte la emisión de gases la ciudad mediterránea igual treparía hasta los 31.3 grados, valores que hoy tiene Salvador de Bahía en Brasil.
Problema global
El aumento de las temperaturas por el cambio climático está generando veranos cada vez más intensos en muchos rincones del planeta, un fenómeno que podría empeorar si no se detiene la emisión de gases con efecto invernadero.
Si estas emisiones continúan aumentando, la temperatura media global de la Tierra en superficie podría incrementarse más de 4 grados a finales del siglo XXI. Según el trabajo de Climate Central, esto afectará sobre todo a las ciudades por el exceso de cemento, lo que genera que puedan sufrir temperaturas hasta 7 u 8 grados más elevadas que zonas rurales cercanas.
En la actualidad alrededor del 54 por ciento de la población mundial vive en ciudades, un número que será aún más importante en los próximos años. "A medida que las ciudades se calienten los patrones climáticos pueden cambiar y generar eventos de calor extremo de manera más frecuente. Eso se convertirá en una amenaza para la salud pública y la economía", alertó hace pocas semanas Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Desde ese organismo estimaron que una docena de ciudades podrían sufrir cambios tan drásticos que no pueden compararse con el clima de ninguna ciudad en la actualidad. Es por ejemplo el caso de Khartoum, en Sudan, cuyo promedio para el verano podría estar en 44.1 grados si no se reduce la contaminación por emisión de gases.
Para arriba. El cambio climático empieza a tener sus efectos.