Como nunca y a nivel mundial, los padecimientos de la salud mental quedaron expuestos tras la pandemia de Covid 19. Y ahora eso que los equipos sanitarios venían alertando en guardias y centros asistenciales, empieza a traducirse en estadísticas. Entre 2020 y 2022, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) relevó que el número de suicidios se duplicó: de 232 casos a 460. Un dato que corresponde no sólo a Rosario, sino a las localidades aledañas que corresponden de la llamada segunda circunscripción y que, señalan desde la Dirección de Salud Mental de la provincia, debe leerse en el contexto de "una problemática compleja que se da a nivel mundial y que Santa Fe viene trabajando a través de diferentes estrategias específicas junto con Nación", señaló la directora, Celina Pochettino.
Sin dejar de señalar la necesidad de "hablar de suicidio" y de su "posibilidad de prevención", la funcionaria remarcó que se estima que por cada fallecimiento se producen 20 intentos de suicidio, y eso representa una de cada 100 muertes a nivel mundial. Así, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las principales causas de muerte en la población joven. En el caso de Santa Fe, en la franja de varones jóvenes, además de personas de la tercera edad, sumó Pochettino.
Sin embargo, los datos también deben enmarcarse en un incremento de la demanda de los servicios de salud mental que se viene evidenciando durante la pandemia, pero fundamentalmente emergió cuando las restricciones más fuertes vinculadas a la situación epidemiológica comenzaron a ceder. En lo local, señaló la funcionaria, sumada a "elementos extra como son la fuerte crisis social y económica, así como las situaciones de violencia".
De hecho, Pochettino detalló que entre 2019 y 2022 la demanda por crisis subjetivas en las guardias de efectores públicos que también se duplicó; así como la atención de los padecimientos de salud mental en menores tuvo un incremento que alcanzó el 300 por ciento y la dispensa de psicofármacos para tratamientos ambulatorios también creció en un 67 por ciento a través del primer nivel de atención. Este número se explica por la mayor de la demanda al sector público ante la crisis y la pérdida de la obra social, al mismo tiempo que por el aumento de los pedidos de medicación.
Víctimas invisibles
Los datos que dan cuenta del incremento de los suicidios en Rosario y las localidades de los alrededores, que van desde Roldán, al oeste, hasta Fighiera, al sur, fueron registrados en los últimos tres años por el MPA, que relevó 232 casos en 2020, 314 ya en 2021 y un salto a 460 fallecimientos sin intervención de terceros para 2022. Datos que, según adelantaron desde Salud, comenzarán a trabajarse con otras áreas como "Estadística del Ministerio de Salud y Epidemiología de Salud Mental para leerse en toda su complejidad".
Lo cierto es que los datos relevados por el MPA corresponden a escenas que fueron investigadas por los fiscales de homicidios culposos y que, como explicó a La Capital la fiscal Mariana Pronutto, conllevan "dedicación e investigación para constatar o descartar la posibilidad de un crimen".
La fiscal explicó que, ante los hechos, se desempeñan los mismos gabinetes técnicos que intervienen en los casos de homicidios. Y más allá de la labor técnica que se lleva adelante, lo que llamó "tener el ojo entrenado para descartar o constatar un delito", no dejó de lado el acompañamiento que deben tener los familiares.
>>Leer más: Tras la pandemia subió un 253% la atención de salud mental en niños
"Hay que pensar que son personas que fallecieron y que, muchas veces, indirectamente son parte de toda esta problemática de violencia que atraviesa la ciudad, y que son personas y familias que no salen en ningún lado, son fallecimientos invisibles, que quedan en mucha soledad y que muchas veces no reciben contención, no hablan por vergüenza y porque hablar de salud mental aún es muy difícil", señalo la fiscal, que dejó clara la disposición al trabajo de prevención y visibilización que puede aportar la Justicia.
La mirada en los jóvenes
La directora de Salud Mental señaló que ya desde 2021 se viene trabajando en "estrategias específicas sobre la problemática del suicidio en lo que a atención, prevención y posvención se refiere en todas las localidades de la provincia con mayor incidencia de casos", una línea que comenzó a llevarse adelante a través de un equipo de salud.
Sin embargo, Pochettino dejó en claro que para nada se trata de una problemática que sólo puede abordarse desde el Ministerio de Salud, por lo que se conformaron "mesas intersectoriales" donde participan Educación, Desarrollo Social y Niñez, además de una tarea específica con Unicef para el trabajo con la población adolescente que, señaló, "es la más afectada por los suicidios y las violencias".
"Claramente el suicidio es un emergente de otras cuestiones más complejas y debe ponerse en contexto, es decir, representa una de las formas de sufrimiento, tanto el intento de suicidio como el suicidio consumado, pero no se lo puede descontextualizar de los avatares, las violencias y justamente son los jóvenes los afectados por estos escenarios", detalló Pochettino.
De hecho, entre quienes participan de estas estrategias con todas las limitaciones de los recursos ante la inmensa demanda que tienen son los equipos socioeducativos del Ministerio de Educación, desde donde no se dejó de señalar el incremento de la demanda que tuvieron en los últimos dos años en las escuelas por este tipo de situaciones.
"La demanda se incrementó y mucho, tanto por suicidios consumados como por intentos de suicidios o por autolesiones", señaló Gabriela Gañian, coordinadora de los equipos, quien detalló que estos pedidos de las autoridades escolares provienen sobre todo de escuelas secundarias.
Solo como ejemplo y dentro de su radio de trabajo, indicó que en un establecimiento de Villa Gobernador Gálvez durante 2022 se produjo el fallecimiento de un alumno antes del inicio escolar y, durante el año lectivo, de otros dos alumnos. "No es un dato estadístico, pero muestra lo que vemos y lo que acompañamos con los recursos que tenemos porque las condiciones en las que trabajamos son las mismas desde hace seis años y la demanda se triplicó por un abanico de problemáticas que es amplísimo", afirmó.
Fragilidades
Falta de escucha y referencias adultas frágiles son algunas de las marcas que tras los pedidos de acompañamientos surgen de las intervenciones que mayoritariamente se llevan adelante con los adultos de las escuelas y, a veces, con los propios adolescentes.
"Los pibes dicen no tener quien los escuche y eso viene apareciendo mucho; la soledad, la dificultad para entablar lazos con otros", señaló Gañian, sin dejar de apostar en cada intervención a que las escuelas "vuelvan a ser lugares donde construir proyectos vitales, salir de la inmediatez".
Sin embargo, ciertamente los equipos aparecen ante el hecho consumado. "La prevención depende de cada escuela, de los equipos y la disponibilidad de los adultos a escuchar, a estar atentos, a detener una clase para conversar de lo que emerge en el aula", dijo y, aunque los docentes dicen una y otra vez no ser especialistas para tomar un lugar en el trabajo de prevención, Gañian no dejó de señalarlos como "las referencias más estables de muchos de los chicos ante la falta de otros organismos del Estado en el territorio. Se trata de darles la palabra, escuchar y escuchar".
Tanto como desde Salud Mental, también referentes de los equipos socioeducativos afirmaron que las intervenciones en este tipo de casos "son de un efecto pospandemia".
"Claramente hay un incremento después de la pandemia, sobre todo en localidades chicas y del Cordón Sur y el Cordón Industrial de la región", señaló Gañian, al tiempo que no dejó de lado "la complejidad de cada caso en los que, cuando vas hacia atrás en la historia de cada chico, aparecen otros elementos".