Las ideas románticas, a menudo infundadas, pintan la primavera como la estación de las flores, los pajaritos y la pasión, todo siempre, en ese retrato perfecto trazado que se ha empeñado en trazar con esmero Hollywood, al sol, al aire libre. No necesariamente es así en el mundo real, el de los pies en la tierra y el barro en los zapatos. Por eso, la víspera de la estación del amor resulta, cuando menos, desconcertante.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el pronóstico para este miércoles 20 de septiembre, la víspera del Día del Estudiante, a la sazón el comienzo de la primavera, asoma fría, gris y con el cielo cargado de densos nubarrones. Un amanecer para salir abrigado aunque se sepa, claramente, que con el correr de las horas, la campera, el suéter, hasta las medias, van a ser una carga insoportable.
La previsión oficial estima una temperatura mínima de 6 grados, a primera hora de la mañana, y una máxima de 22 grados, pasado el mediodía. El cielo estará mayormente cubierto, la humedad será alta -89%-, la presión será alta 1014,5 hPa y el viento, el aliado más confiable para mantener a raya el humo de las islas, será leve y soplará del sector sur virando, con el transcurso del día, al este.
Las condiciones climáticas generales, al conocedor, lo llevan a una y solo una conclusión: se viene la lluvia, pero la verdad es que el tiempo, de un tiempo a esta parte, ha resultado ser traicionero. Lo que se espera no pasa y lo inverosímil sucede. Si bien se prevén lluvias aisladas para la noche y también para el miércoles -el día consagrado al picnic primaveral por los adolescentes- habrá que ver si realmente pasa.