Vecinos y comerciantes de barrio Hospitales tienen todas las expectativas puestas en el primer semestre del año próximo, cuando la obra del Centro de Justicia Penal (Virasoro y Sarmiento) finalmente se termine y la zona tome un nuevo impulso. Si bien aseguran que la situación "ya no es fantasma" como cuando cerró el viejo Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), el parate de la construcción del nuevo centro judicial durante los últimos meses también los afectó, hasta que en septiembre hubo reactivación. Así, en el entorno se instalaron tres maxiquioscos y un bar, hay nuevos locales y las inmobiliarias ya registran consultas por edificios de oficinas que se están haciendo en la zona. Todos están a la espera.
En términos inmobiliarios, el 2016 "fue un año malo", aseguraron Carlos Rovitti, del Observatorio Inmobiliario, y José Ellena, presidente de la Cámara de Empresas Inmobiliarias Rosario (Cadeiros).
Rovitti recordó que, con la caída del consumo, desde marzo cerraron 1.710 locales comerciales en la ciudad, y si bien dijo que "esa tendencia se frenó", advirtió que "aún no se puede hablar de reactivación". Y específicamente en la zona del nuevo Centro de Justicia Penal, subrayó que "el proceso de embellecimiento y mejora recién se va a notar el año que viene".
Su par de Cadeiros, en cambio, fue algo más optimista y habló de "una pequeña transformación en la zona y un mínimo reacomodamiento que empieza a verse, aunque más lentamente de lo que se preveía".
Para Ellena, esa modificación pasó fundamentalmente "por el cambio de uso de las unidades, ya que en un barrio donde históricamente no había inmuebles destinados a oficinas, empezaron a aparecer y se han construido incluso algunos edificios destinados a ese fin".
El empresario puntualizó el caso de una torre en Sarmiento y Rueda, que originalmente fue un hotel y que se transformará en espacio de oficinas, y si bien no son muchas las operaciones que se concretan, afirmó que "ya hay varios profesionales consultando por esas unidades en la zona".
El inicio
Tanto el titular de Cadeiros como algunos comerciantes del barrio aseguran que el halo fantasmal que dejó la mudanza del Clemente Alvarez comenzó a modificarse en los últimos meses. "Es un reverdecimiento lento, pero está; ya no es un barrio deprimido, aunque aún son más expectativas que realidades", indicó.
El movimiento también está atado claramente al avance de los trabajos en la manzana donde estaba el hospital, entre Rueda, Mitre, Virasoro y Sarmiento; donde ya va tomando su forma definitiva el edificio que albergará al Centro de Justicia Penal de la ciudad.
La obra ya está en su cuarta etapa, se está avanzado en la arquitectura interior e instalaciones, según detallaron desde el Ministerio de Obras Públicas de la provincia, y puntualizaron que los trabajos están listos en un 60 por ciento.
Actualizada a julio de este año, la inversión del proyecto alcanza los 280 millones de pesos, y de acuerdo a las últimas estimaciones —tras un parate que hubo en los trabajos— estaría terminado para abril de 2017.
Los nuevos
En el barrio están los comercios de siempre y algunos que se animaron en los últimos meses a probar suerte, fundamentalmente maxiquioscos y bares.
Abel lleva casi tres décadas al frente del comedor que está sobre Sarmiento, a la altura del 2800, y si bien dice que tiene su "clientela de siempre", asegura que en los últimos meses "se mueve un poco más".
"Hay locales nuevos tanto por Sarmiento como por Mitre y Virasoro, sobre todo quioscos y comedores, pero la gente espera que la cosa arranque", dijo el hombre.
En la misma cuadra está uno de los quioscos que arrancó este año. "El repunte se ve recién en septiembre, que fue cuando la obra empezó a moverse", comentó la joven que lo atiende; y puntualizó que otro comercio de iguales características funciona desde hace un tiempo sobre Virasoro. A la vuelta sobre Rueda, otro quiosco y almacén, abrió las puertas.
Aprovechando también la cercanía del Instituto Olga Cossettini, en la esquina de Mitre y Rueda, inauguró hace siete meses el Café de la Plaza, un emprendimiento familiar, donde "todo es casero y lo hacemos nosotros", contó Lara, al frente del local. Si bien esperan tener mayor movimiento cuando el Centro de Justicia funcione, dijo: "Con la gente del instituto y también del Instituto Italiano, que está a la vuelta, la zona se está movimiento. Pero si viene más, va a ser mejor para todos los comerciantes".
Esperanzados en que haya seguridad
Lo que también esperan los vecinos del barrio Hospitales, en la zona sur, es que el funcionamiento del nuevo Centro de Justicia Penal traiga mayor presencia policial y seguridad a todo el entorno. "Hoy por hoy, a las siete de la tarde nos tenemos que meter adentro porque los robos y arrebatos son cosa de todos los días", aseguró Silvana, una mujer que vive en el barrio desde hace ocho años.