“Por favor, llamen a la policía”. El desesperado pedido de auxilio fue escrito sobre el ticket de un supermercado y pasado por la hendija de la ventana de la habitación de una pensión, y significó la liberación de una situación de extrema violencia que sufrieron una joven de 21 años y su pequeña hija de cinco meses. Habían sido ferozmente golpeadas y encerradas por la pareja de la mujer, en junio de 2018.
El acusado, de 31 años y con antecedentes condenatorios por violencia de género, comenzó a ser juzgado este miércoles en el Centro de Justicia Penal, instancia en la que afronta un pedido de condena a seis años de prisión efectiva por los delitos de lesiones dolosas agravadas por la relación preexistente, por haberlo concretado contra su hija y por privación ilegítima de la libertad.
El caso de violencia de género salió a la luz el 29 de junio de 2018. Ese día, a las 21.30, el encargado de una pensión ubicada en Caaguazú al 3900 (Avellaneda a la misma altura) llamó al 911 y alertó que una mujer y su beba llevaban varias horas encerradas dentro de una habitación, ambas visiblemente lastimadas, con contusiones y hematomas.
Según la investigación que en ese momento quedó a cargo de la fiscal Luciana Valarella, de la Unidad de Violencia de Género, el hecho ocurrió en medio de permanentes situaciones de celos y hostigamiento psicológico y físico que sufrieron las víctimas.
El prólogo de ese encierro había comenzado un día antes, luego de que la joven C.R fue a buscar una garrafa de gas de cinco kilos que no pudo conseguir. Ante esto, Gastón E., su pareja, la emprendió con insultos degradantes —la trató de puta— y comenzó a golpearla. También agredió a la pequeña C.E.
A la beba le metió los dedos en la boca para que no llorara y la golpeó en la cabeza, provocándole un hematoma en la frente, y a su mujer la hirió en el rostro, el cuello y los brazos. Luego salió de la habitación y amuró la puerta con una linga y un candado.
Desesperada, y después de más de 20 horas en esa situación, la víctima echó mano a una birome y a un ticket de supermercado, donde pudo escribir de puño y letra un pedido de auxilio: “Por favor, llamen a la policía, estamos encerradas. Si escuchan ruidos es porque nos está golpeando”, advirtió desesperada. Enrolló el papel, lo pasó por la ranura de una ventana y golpeó para que alguien la escuchara.
Por los pasillos de la pensión correteaban unos niños que advirtieron los movimientos. “Por favor, llevále eso a tu papá, que llamen a la policía”, suplicó del otro lado de la puerta la víctima. Después intervino el encargado del lugar, llamó a la policía y madre e hija finalmente fueron rescatadas. El mismo día se detuvo al agresor.
Hoy, en el comienzo del juicio, la fiscal exhibió pruebas para corroborar la conducta ilícita del acusado (Gastón E.), para lo cual declararon la víctima, su madre y los policías que actuaron en la prevención del hecho. Además, exhibió constancias surgidas de la atención médica a las víctimas en el Hospital Roque Sáenz Peña, donde fueron asistidas.
En el alegato de apertura, la fiscal solicitó seis años de prisión efectiva, como pena única y unificada con una sentencia anterior (había sido condenado a tres años de prisión por violencia de género en Santa Fe el 7 de abril de 2017).
El debate proseguirá este jueves. Los alegatos de clausura serán el lunes y el veredicto se dará a conocer el miércoles de la semana venidera.
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