Según Assa, que siguió a su vez los datos emanados del Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), el 10 por ciento de los rosarinos (unos 120 mil vecinos) no tiene acceso a la red formal de agua potable, aunque sí al recurso. Se trata de una problemática más profunda del orden del hábitat, no relacionada con la altura del Paraná o con la sequía.
Los números son de enero de 2023. El nuevo directorio de la empresa provincial, con Anahí Rodríguez a la cabeza, se puso en marcha ni bien asumió para mejorar las condiciones de la planta potabilizadora ubicada en el barrio de Arroyito mientras espera que avance la licitación del Acueducto Gran Rosario, lo que considera que será "la llave" para darle soluciones a todos aquellos que aún no acceden al suministro y mejorar la calidad del resto de los usuarios. "Esta obra nos permitiría dar una respuesta a la ciudadanía los próximos 50 años", reiteran.
El Acueducto Gran Rosario, la llave
Tanto para el municipio como para el gobierno provincial, la solución para este problema de larga data es la construcción del Acueducto Gran Rosario, una obra que tiene detrás una larga historia. Se inauguró en 2015 a metros del Puente Rosario-Victoria y sobre el ingreso a Granadero Baigorria. En 2022 comenzó la construcción de la losa de hormigón para replicar en espejo la actual planta potabilizadora, pero nunca se finalizó.
Ni bien asumió la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro, su ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, avisó que la provincia priorizaría la etapa final del Acueducto Gran Rosario. Hace apenas dos meses, el mandatario santafesino y el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, acordaron cuáles serían los siguientes pasos.
El gobierno nacional se comprometió a compartir los esfuerzos económicos y asumió el compromiso de generar un convenio de financiamiento que les permita financiar la extensión del acueducto por Circunvalación y la provincia se haría cargo de la estación de bombeo D y el refuerzo oeste. "Estamos ahí de que se nos dé, de poder lograr las dos licitaciones", anticipó Anahí Rodríguez, la titular de Assa, en diálogo con La Capital.
En cuanto a lo que concierne a la Nación, en la parte de Circunvalación son necesarios 12 kilómetros de caños de gran diámetro. El presupuesto estimado es de $33.242.000.634,50 y el plazo de obra es de 24 meses.
En tanto, la provincia se hará cargo de la estación de rebombeo D que contempla una cisterna de 10 millones de litros y una estación de bombeo ubicada en Uriburu y Provincias Unidas. Además, se realizará un refuerzo del ramal hacia la zona oeste de Rosario para mejorar el suministro en los barrios que están en el sector delimitado por la autopista, Eva Perón, Circunvalación y el arroyo Ludueña. El plazo de esta obra es de 18 meses y prevé un presupuesto de $16.872.655.523,67.
Desde la empresa provincial confían en que las licitaciones se den lo más pronto posible y poner en marcha estas obras que le mejorarían la vida a miles y miles de rosarinos.
acueducto gran rosario septiembre.jpg
La segunda etapa del Acueducto Gran Rosario tiene como objetivo el mejoramiento integral del abastecimiento de agua potable a la ciudad de Rosario y su conurbano. En ese sentido, permitiría reforzar el suministro fundamentalmente en los barrios periféricos de la ciudad, que se abastecen de la planta potabilizadora de Arroyito, ubicada en Echeverría y French. Con la concreción de esta obra históricamente postergada se beneficiarán unos 560 mil habitantes. Esto implica, al mes de agosto, una inversión de 17 mil millones de pesos.
"El problema que tenemos es de transporte y de captación, que lo estamos solucionando con la ampliación de la planta de Granadero Baigorria. El Acueducto Gran Rosario nos permitiría transportar mayor cantidad de agua y poder llegar a zonas que hoy no llegamos. La planta de Arroyito, en la que se invierte permanentemente, está con una producción al máximo", explica Rodríguez.
Al respecto, admite que la empresa tiene "un problema crítico con la expansión del servicio porque no tiene cómo transportar y cómo captar mayor cantidad de agua". Y hace hincapié: "Esta obra nos permitiría dar una respuesta a la ciudadanía los próximos 50 años".
En la actualidad el acueducto inaugurado hace casi una década sirve a Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, San Lorenzo y los barrios del norte rosarino como La Florida, Alberdi, Lomas de Alberdi, Fontanarrosa y Nuevo Alberdi. "Estamos a mitad camino, necesitamos la planta-espejo y la extensión por Circunvalación para luego abrir los ramales. Es una prioridad y no vamos a resignarlos", aclara la titular de Assa.
Por lo pronto no comenzaron las licitaciones, pero desde la empresa son optimistas y confían con que antes de fin de año habrá novedades y plazos concretos para comenzar a ofrecerle respuestas concretas a la gente.
"Hasta que no esté el acueducto no voy a descansar", promete y detrás de ella, en la sede local de la empresa provincial en la ciudad de Rosario, se ve colgado un cuadro del croquis de la obra que mira cada vez que trabaja en la ciudad.
"Somos conscientes de lo que padecen los vecinos"
Al ser consultada sobre el motivo por el cual tantos vecinos de la ciudad tienen problemas con el acceso al agua potable, Rodríguez resume: "Es una cuestión de ordenamiento territorial". "La ciudad de Rosario no es la misma que hace 20 años. Es una ciudad pujante, con un crecimiento constante, una ciudad que crece contra viento y marea. Las obras de infraestructura son fundamentales para acompañar ese desarrollo. Lamentablemente hablamos de obras millonarias de obras que exceden los propios recursos que la provincia puede llegar a tener", menciona y recuerda que ya se había recurrido a la Nación para poder empezar a ponerlas en marcha en 2022 y la obra quedó nuevamente frenada.
La titular de Assa destaca que el gobierno provincial tomó el tema como prioridad desde el minuto cero de la cuestión y lo considera también una obra de salud pública. Está convencida de la concreción de esta segunda etapa del acueducto le permitirá a la empresa llegar a barrios a los que no todavía no llegan y mejorar los problemas de presión de otros.
"Somos conscientes de lo que padecen los vecinos. No solamente por el crecimiento poblacional, sino porque hace años que vienen relegados en cuanto a un servicio eficiente. En los meses que vamos de gestión nos encontramos con una desinversión muy grande que no nos permite ni siquiera contar con el stock inmediato para arreglar una bomba que se rompe", ejemplifica y valora también el acompañamiento que recibe del intendente Pablo Javkin.
Por último, narra que "el mismo esfuerzo que le pidieron a los ciudadanos, lo hicieron en la empresa provincial". "Reducimos casi 20 mil millones de pesos de costos operativos y vamos camino a esa eficiencia que nos pidió el gobernador", rememora.
"En los últimos años ha habido un divorcio de la propia empresa con los usuarios, producto de la propia desinversión. No se le podía pedir a los trabajadores que pongan un medidor, si no hay stock. No se les podía pedir que cierren una fuga si no tenían los elementos necesarios. Esto está cambiando", finaliza.