Agentes policiales de la seccional 32ª llegaron alrededor de las 7.30 de ayer a
Circunvalación y Colombres (intersección próxima a 27 de Febrero) y se encontraron con una veintena
de casillas vacías, apostadas en un terreno que pertenece a una vecina del barrio. La mujer, que
por miedo a las represalias no quiso identificarse, fue quien hizo la denuncia policial y pidió el
desalojo que finalmente ordenó el juez Correccional de la 8º Nominación, Eduardo Bistoletti. Así lo
informó el sumariante Pablo Ferrer desde la comisaría.
Las 50 familias a las que pertenecen las casillas habían comenzado la mudanza el
pasado fin de semana. Según los vecinos que viven pegados al baldío, se trata de "usurpadores" que
habían puesto en venta sus terrenos en la villa y buscaron predios alternativos. Así fue que
encontraron este baldío vacío y se instalaron, pero ayer fueron desalojados.
Los dueños de las precarias viviendas, a pesar del desalojo, adelantaron que
"permanecerán en la zona" esperando alguna respuesta del gobierno municipal o provincial, porque
son humildes, viven del cirujeo y no tienen donde vivir.
Pero además, denunciaron que los efectivos que participaron del operativo se
habían "llevado todas sus pertenencias; desde las chapas a los tirantes y las cosas que había
adentro".
Uno de los ocupantes se defendió al decir que "era un baldío mugriento y con lo
poco que teníamos, chapas y nylon, hicimos lo que pudimos. Ahora, de golpe y porrazo, vinieron y
nos desalojaron".
El operativo policial respondió a una orden judicial por usurpación. Además de
los agentes de la comisaría participó del desalojo una dotación de bomberos.
Sin resistencia. El jefe de Orden Público, Daniel Barrile, quien también intervino
en el procedimiento, dijo ayer en diálogo con La Capital que el desalojo se realizó sin
ningún tipo de contratiempos ni resistencia. "Sólo le explicamos a la gente que habían violado una
propiedad privada y que ese accionar iba contra el Código Penal. Obviamente, criticaron el
procedimiento, pero actuaron de forma muy pacífica", remarcó.
El funcionario policial señaló que las familias en cuestión "no son tobas, pero
han migrado de la provincia de Chaco y realmente viven en una situación más que precaria".
El predio tiene grandes dimensiones (80 por 90 metros aproximadamente) y
pertenece a una mujer del barrio. Quedó desocupado ayer a media mañana tras el operativo. Pero los
vecinos no se quedaron tranquilos. Reclamaron a los agentes policiales que no descuiden la zona;
temen que las familias vuelvan a ocupar ese u otro terreno de la zona este fin de semana.