“Quien dijo alguna vez que el ser humano es lo más parecido al mono, se equivoca; sin dudas, la rata es lo más parecido”, asegura el director de Control de Vectores del municipio, Carlos Tasinato, al precisar las características y mitos que giran en torno a este tipo de roedores, tan frecuentes en zona de barrancas o portuarias como las que hay en Rosario y todo el cordón industrial. Sucede que al tratarse de un omnívoro (se alimentan tanto de animales como de plantas) suele encontrar en el conglomerado de la ciudad gran cantidad de comida (debido a la falta de conciencia ambiental de la ciudadanía) y refugio (en zonas de barranca, zanjas y lugares de grandes dimensiones o herrumbrados). Más allá de eso, desde el municipio destacaron que ninguna de las tres especies que habita en zonas periurbanas de Rosario suele transmitir las enfermedades letales como hantavirus y fiebre hemorrágica (posee vacuna y es necesaria su aplicación). Por el contrario, este tipo de pestes suelen ser más frecuentes en zonas rurales, donde frecuenta el famoso roedor maicero o campestre, pese a que podría convivir con roedores urbanos. Sí es vector de leptospirosis.
Las denuncias de vecinos a La Capital y las imágenes tomadas por reporteros gráficos de este medio dieron cuenta en las últimas semanas de la presencia de roedores en zonas linderas al puerto, precisamente a la vera de la avenida de Circunvalación, donde transita en camiones gran parte de los cargamentos de cereales que salen por los puertos de la región. Sea por la apertura de boquillas o el deterioro lógico de las mismas, el cereal queda derramado sobre la calzada y eso representa el principal factor de alimento para un pequeño animal que posee un olfato sumamente desarrollado a partir de una visión débil o escasa.
Lo cierto es que la población de roedores posee distribución importante en la ciudad y de manera homogénea, ya que no diferencia zonas carenciadas de céntricas y con mayores recursos. "Tienen alimento y lugar donde resguardarse por tratarse de una ciudad granaria. Esa es la razón por la que la población haya aumentado, aunque no de manera considerable. Es cierto que el tráfico de camiones provoca el derrame lógico de cereal, ya sea por deterioro de los mismos o la apertura de boquillas", apunta Tasinato para explicar un fenómeno que se remonta a épocas inmemoriales.
Características
Por lo general, los roedores carecen de visión aguda y por ello han desarrollado un poderoso olfato capaz de reconocer alimentos a distancia. Según Tasinato, especialista en plagas urbanas, en Rosario habitan tres tipos de roedores: la noruega (Rattus norvégicus), de color parda o marrón, excavadora y que se caracteriza por comer más alimentos grasos; las negras (Rattus rattus), que aunque se ven poco son las famosas ratas hospitalarias y de grandes salones al estilo cinematográfico Ratatouille, y de tejados, porque buscan las alturas para anidar al igual que árboles y son más proclives a alimentarse de frutas; y por último la laucha o ratón casero (Mus musculus), del tipo Tom & Jerry, y que suele alimentarse de los restos de comida domiciliaria, pese a que los tres son omnívoros.
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A la altura de Ayacucho se las vio en forma masiva. En otras zonas del sur también aparecen.
"Hay tres roedores: una es la noruega, de mayor tamaño, que frecuenta en zanjas o zonas portuarias y también la más agresiva; otra es la negra, denominada hospitalaria, que puede aparecer en arbolados y techos, aunque no suele frecuentar en Rosario; y por último la laucha o ratón domiciliario, que predomina en casas o edificios en construcción o abandonados, y come todos los alimentos que el ser humano lleva a la mesa y es la más pequeña de las tres especies", precisa Tasinato.
"Lo más curioso es que, como roedor, tiene una característica particular: el crecimiento indefinido de sus dientes incisivos, razón por la que necesita roer permanentemente para desgastarlos. Es omnívoro y es el más parecido al hombre. Quien diga que el ser humano es lo más parecido al mono se equivoca, es un mito", revela el especialista. En ese sentido, también destaca que la contenerización de residuos sirvió mucho para ordenar la higiene urbana, aunque apunta que la falta de conciencia ambiental de muchos vecinos hace que los desechos se transformen en una gran oferta alimenticia para los roedores.
"Por eso es importante respetar los horarios a la hora de tirar la basura, no dejar restos de alimentos en la vía publica como ocurre con las palomas; es lo que hace al compromiso ciudadano, ya que se trata de una especie que tiene una actividad nocturna", recomienda.
Distribución variable y homogénera
Al igual que ocurre con los mosquitos y alacranes, la rata no diferencia clase ni estatus social. Solo trata de encontrar refugio adecuado y abastecerse de alimento. "No hay una distribución puntual. Sabemos que la zanjas o barrancas son propicias para la rata noruega o terrenos linderos al río y zona norte; los ratones comunes predominan en edificios en construcciones y la negra, cuya presencia es escasa, aparece en arbolados para servirse de los frutos o huevos de palomas", apunta el especialista y precisa que a la hora de combatir estas plagas urbanas el municipio divide la ciudad por zonas.
Así, se intensifican las tareas de control de estos roedores en las zonas norte y noroeste, el extremo sudoeste lindero a la Circunvalación y su intersección con 27 de Febrero, extremo sur al límite de la ciudad y en los sectores donde se encuentran aceiteras y grandes basurales.
Cómo se combaten
A partir de esas zonas de intervención, Control de Vectores combate este tipo de plagas a partir de la aplicación responsable y autorizada de rodenticidas. "Por empezar, es importante destacar que no se aplica veneno sino cebos rodenticidas sólidos, compuestos por anticoagulantes. Se colocan bajo suelo, ya sea en cuevas, pozos o zanjas y cuentan con medidas de seguridad provista por la Anmat. Sucede que al ser anticoagulante no es específico, de modo que hay que emplearlo con conocimiento y seguridad, porque lo puede ingerir cualquier animal. Por eso se prohíben los rodenticidas líquidos; tienen que ser sólidos: pueden ser granos de arroz, bloques parafinados o pastillas, cuyas normas de seguridad constan de un amargante y colorante, detectable en mucosas o heces como en el caso de animales domésticos (gatos, perros) y tampoco poseen acciones agudas, más bien son crónicas para no despertar recelo en la colonia de ratones", explica.
Además, explica que este tipo de plagicidas, cuyo efecto es a largo plazo, ofrece la posibilidad de que, en caso de intoxicación en humanos o animales domésticos, es posible acudir al médico y proceder a un lavaje de estómago acompañado por la dosificación de vitamina K1. "Lo más común es orinar con algún color característico y se puede llegar a acusar alguna pérdida de sangre por nariz, pero se deberían ingerir grandes cantidades para que sea realmente mortal", asegura.
Roedores urbanos: mitos y verdades
En este tipo de roedores, tan simpáticos a la hora de llevarlos a los dibujitos animados siempre estuvo asociado con una potencial transmisión de enfermedades como hantavirus, fiebre hemorrágica y leptospirosis. Sin embargo, Tasinato se encargó de precisar que estas tres clases de roedores que habitan en Rosario no suelen transmitir hantavirus y fiebre hemorrágica, la cual posee una vacuna y es recomendable aplicársela. No obstante, sí es posible contraer leptospirosis, aunque ya depende de otros factores y también puede transmitirse por cualquier otro animal doméstico que no cuenta con la vacuna correspondiente.
"Es importante aclarar que se relaciona al hantavirus y la fiebre hemorrágica, pero no son transmitidas por estos roedores urbanos. El hantavirus está asociado al ratón colilargo, de características campestres, y fiebre hemorrágica, debido a la laucha maicera, de nuestra zona, pero que tiene vacuna y por eso es necesario aplicarse la dosis correspondiente", aclaro. No obstante, apuntó que Rosario es una zona periurbana, aunque el ratón colilargo es de muy baja frecuencia y de bajos casos pese a su alta letalidad.
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"Estos ratones urbanos transmiten muchas enfermedades, tales como peste negra, fiebre tifoidea, pero no estas mencionadas. Sí es cierto que son vectores de leptospira (leptospirosis), pero la misma puede contagiar un animal no vacunado del ámbito doméstico, ya que ese virus puede contagiarlo cualquier animal doméstico. "Se transmite mayormente por un medio acuoso. Si un roedor padece leptospirosis y orina, infecta el agua y la misma puede penetrar por una eventual herida en caso de caminar descalzo, por ejemplo", apunta.