El Ministerio de Salud de la Nación informó la aparición de un brote de cándida auris, un hongo resistente a la mayoría de los medicamentos que existen para tratar las infecciones de este tipo. Hasta el momento se identificó en dos pacientes de una clínica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si bien en el mundo viene avanzando la proliferación del llamado “súper hongo” (denominado así por las dificultades que presenta su erradicación una vez que ingresa al organismo), es la primera vez que se detecta en el país.
Por eso, la cartera sanitaria nacional anunció las medidas que están tomando, y lo mismo hizo la Secretaría de Salud pública de Rosario desde el área de Epidemiología.
A nivel nacional, según un comunicado que fue publicado este miércoles, se iniciaron distintas acciones para controlar el brote.
De acuerdo a la información oficial, uno de los aislamientos de la Cándida auris proviene de un paciente internado desde el 2 de octubre en la unidad de cuidados intensivos de una clínica de CABA. “Fue derivado de una clínica del exterior del país, trasladado en un vuelo sanitario y actualmente permanece internado. El 18 de octubre se le realizó un urocultivo con aislamiento de cándida sp, que el 28 de octubre fue identificado como cándida auris por técnica de Maldi-Tof en un laboratorio privado”.
El otro aislamiento “corresponde a un paciente que es tratado de forma ambulatoria en la misma clínica. A este paciente, el 13 de octubre se le realizó un cultivo de líquido peritoneal donde se aisló una levadura también identificada como Cándida auris el día 28 de octubre”.
En el mismo documento se detalla que los pacientes “no compartieron el mismo ámbito en el mismo momento durante su estadía en la clínica y la investigación epidemiológica continúa en proceso”.
El infectólogo Matías Lahitte, a cargo de Epidemiología de Salud Pública de Rosario, dijo que se trata de un hongo que se puede propagar en centros de atención médica y puede afectar, principalmente, a pacientes inmunosuprimidos o con alguna patología previa y que generalmente se encuentren hospitalizados.
La enfermedad puede ser grave, ya que no responde fácilmente a los antimicóticos disponibles.
“Cuando aparece la cándida en un cultivo de un paciente se analiza hasta determinar de qué tipo es. Esta es la primera vez que se identificó en la Argentina la cándida auris, en una clínica de Buenos Aires, pero viene aumentando en todo el mundo. Desde Salud municipal ya estamos implementando acciones y ahora las reforzamos”, señaló el médico.
Habitualmente los pacientes con alguna enfermedad previa o con su sistema inmunológico deprimido por diversas causas suelen tener cándida albicans, que es un hongo bastante común y que no siempre requiere tratamiento.
Cuando se detecta que no es albicans allí se abren nuevas posibilidades y se analiza el gérmen para identificarlo con exactitud. La cándida auris está dentro de las que no son albicans.
¿Qué mecanismos existen para su control? “La vigilancia de microorganismos que son multirresistentes permite identificar de manera precoz a pacientes que son portadores o que se han enfermado por alguno de estos hongos o bacterias que no responden a los fármacos. Es muy importante porque puede evitar poner en riesgo a muchas personas. Durante la pandemia de Covid, desde Salud instauramos reuniones frecuentes con todos los efectores de la red municipal en lo que se llama Comité de Control de Infecciones Hospitalarias. Si bien existían esos puntos de encuentro los profundizamos”.
“Además del intercambio con todos los efectores, elaboramos documentos y generamos normativas para que se apliquen en toda la red de salud pública. También trabajamos de manera coordinada con el laboratorio del Cemar y con microbiología de los efectores de la red para identificar a estos microorganismos multirresistentes”, explicó el profesional.
En los sanatorios del ámbito privado existen comités que se encargan de vigilar este tipo de infecciones que se producen en personas internadas.
Lahitte recordó que no solo la cándida auris representa un riesgo potencial para los pacientes sino todas las denominadas súper bacterias “que pueden provocar cuadros graves en determinadas personas”.
El infectólogo destacó que en Rosario, en el Laboratorio del Cemar, existe un espectómetro de masas que puede identificar la cándida auris, tal como se hizo en los casos que aparecieron en CABA. En la provincia es el único instalado en un centro público.
Este miércoles, dada la importancia de la situación, la subcomisión de Micología de la Asociación de Microbiología de la Argentina se reunía para decidir acciones que permitan profundizar el seguimiento y vigilancia ante la aparición del “súper hongo” en la Argentina.
La infección
Cándida auris es un patógeno que fue aislado por primera vez en 2009.
En 2011 se describió el primer caso de fungemia causado por esta especie y en 2012 se notificó el primer brote hospitalario en la Región de las Américas.
Desde el primer caso en 2009, Cándida auris ha sido reportada como agente causal de infecciones invasoras en humanos en al menos 47 países. Se transmite a través del contacto con ambientes contaminados o con personas colonizadas.
Según el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) la cándida auris puede no presentar síntomas de inmediato.
Cuando aparecen síntomas, su magnitud y características dependen de la parte del cuerpo afectada. La cándida auris puede causar muchos tipos diferentes de problemas: infección del torrente sanguíneo, infección de una herida, infección de oído, entre otros.
Los síntomas pueden variar ampliamente y es por eso que se necesita una prueba de laboratorio para determinar si el paciente tiene una infección por este hongo.
¿Quiénes pueden infectarse? Afecta principalmente a pacientes que ya tienen muchos problemas médicos. A menudo afecta a personas que han estado hospitalizadas durante periodos de tiempo prolongados.
Es más probable que se instale en personas con el sistema inmunitario debilitado por afecciones como distintos tipos de cáncer o diabetes o que tienen dispositivos que entran en su cuerpo, como por ejemplo, tubos para respirar o alimentarse y catéteres venosos o catéter urinario.
Las personas sanas generalmente no desarrollan enfermedad por cándida auris.