Al tramo norte de la rambla Catalunya le falta mucho para llegar a la temporada primavera-verano en buenas condiciones. Uno de los peores sectores es el que limita con el balneario pago de La Florida: sobre el borde mismo del río, la losa de cemento muestra un importante socavón que obligó a cercar la zona con cintas plásticas anaranjadas y la advertencia de "peligro". No es la única área vallada, hay otras también vedadas al paso por roturas en el cemento y falta de tapas de hierro. "Acá pasa siempre lo mismo: del bar Mordisco para el norte el abandono es total", se queja Eduardo, uno de los dueños de carritos ubicados sobre la costanera que lleva veinte años en el lugar. Sin embargo, la secretaria de Obras Públicas del municipio, Susana Nader, atribuyó los hundimientos a las alturas récord que registró el río Paraná durante los primeros meses del año (ver infografía) y prometió que su repartición se hará cargo de los arreglos antes de la temporada estival.
Las roturas en ese sector de la rambla se advierten a simple vista. Por ejemplo, el piso de cemento que a esa altura del paseo reemplaza a la arena llega al agua con una suerte de escalones o gradas de concreto que hoy están severamente dañadas, en algunos tramos directamente a medio caer.
Justamente en ese tramo se ve el importante derrumbe de la losa demarcado por un tejido plástico. Y a los pocos metros, más cerca de la avenida, se advierte otro, igualmente delimitado por cintas, pero que al hundimiento de piso suma la rotura y la falta de dos tapas de hierro.
Toda el área está pintada con los colores de Rosario Central y en general luce "abandonado", el adjetivo que elige la mayoría de quienes transitan o viven en la zona para describir ese sector de la rambla.
"Hará tres semanas que eso se derrumbó", cuenta Eduardo, titular del carrito de hamburguesas de nombre Mía. "Pero eso no es ninguna novedad, es cosa de siempre, mire cómo me sacaron la vereda a mí y nunca más me la repusieron", grafica, razón por la cual reemplazó baldosas por arena.
"Todo está muy caído por acá", dice a unos veinte metros su colega Hugo, convencido de que "del bar Mordisco para acá (hacia el norte) nadie se hace cargo de nada". Y junto a su hija Priscila se ilusiona con la posibilidad de que a medida que se acerque la temporada estival "al menos las cosas mejoren un poco".
Entre esas mejoras, Hugo confía en que la concesión de la zona "habilite los baños públicos" que por contrato deberían estar "obligatoriamente" abiertos.
De hecho LaCapital se acerca a la estructura sanitaria y ve las rejas que la cierran. Tras ellas un cartel aconseja a los vecinos que "cuando estos baños estén cerrados" usen los "del interior de Mordisco". No es lo que marca la normativa municipal, pero por ahora es lo único que hay.
Bordes costeros. Y en efecto, el plan de Obras Públicas es hacerse cargo de la reparación del sector antes de la llegada del verano. Según explicó Nader, el deterioro de esa zona es similar al hundimiento que sufrió el Paseo del Caminante, ubicado sobre el muelle de Costa Alta, también a consecuencia de la sostenida crecida del Paraná frente a Rosario.
"Se hará prácticamente el mismo tipo de trabajo", dijo la funcionaria, aunque aclaró que para dar comienzo a las tareas se esperará que el agua descienda todavía más.