Pixee confiesa que su inspiración son sus ídolos Jessica Rabbit, Aurora de "La bella durmiente" y "Holli Would" de Cool World. Y es que para ella estos representan “la idealización del cuerpo femenino”. “Quiere tener la cintura diminuta, el trasero, los pechos y los ojos grandes y una cara muy bonita”, confiesa. Todo comenzó porque su físico le generaba muchas inseguridades y no le dejaba ser ella misma. “Me sentía como si no encajara. Yo era un marimacho. Me preocupaba por mi nariz y me sentía muy vulnerable”, asegura.
La operación más complicada a la que se ha sometido fue en la que le quitaron las seis costillas, ya que muy pocos médicos acceden a realizarla. Y, esta no será su última intervención, ya que para 2016 tiene organizadas algunas más, como implantes de cadera y de pestañas, así como eliminar la grasa de las mejillas. “Me veo como un artista de body-modificación. Este es mi trabajo. Esto es lo que hago y voy a seguir con la escultura”, concluye.