Al menos 60 personas murieron y 130 resultaron heridas ayer cuando un tren de pasajeros descarrilló en las cercanías de la ciudad española de Santiago de Compostela por causas que aún se desconocen, en uno de los peores accidentes ferroviarios de Europa.
Varios vagones quedaron volcados sobre la vía, uno de ellos encima de otro y sobre el lugar se elevó una columna de denso humo. En el lugar podían observarse varios cuerpos cubiertos con mantas junto a las vías.
Tras el desastre, el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, dijo que había vagones de la formación que quedaron destrozados por el descarrilamiento.
Una portavoz gubernamental dijo que los muertos eran al menos 60 y heridos alcanzaban los 131. Una fuente médica en Galicia había dicho más temprano que 20 de los lesionados se encontraban en estado grave.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, convocó una reunión de emergencia.
Pero las crudas imágenes recordaron el ataque terrorista con bombas al sistema de trenes de Madrid en 2004, que dejó 191 fallecidos.
"Ante una fatalidad como la que acaba de vivir Santiago de Compostela en la víspera de su día grande (...) sólo puedo expresar el mayor sentimiento de solidaridad, y como presidente del gobierno la voluntad más firme de apoyar a las familias de las víctimas y a los heridos, así como de esclarecer las causas del trágico accidente", dijo Rajoy según un comunicado del Palacio de la Moncloa.
El tren, que viajaba desde Madrid con 218 pasajeros y 29 tripulantes, circulaba a gran velocidad cuando se salió de la vía a las 20:42 hora local (18:42 GMT) a unos diez kilómetros de la capital de la región, según datos oficiales del gobierno en Galicia.
"No tenemos ningún indicio de ninguna causa externa pero las causas las habrán de determinar las fuerzas y cuerpos de seguridad", dijo el delegado del gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, a la Cadena Ser.
Un equipo de la policía científica viajó a Santiago de Compostela para investigar las causas de un suceso que ha conmocionado y movilizado a Galicia. La ciudad ha suspendido las celebraciones por el día de su patrono, el apóstol Santiago.
"No vamos a hacer ninguna declaración oficial hasta el análisis de las cajas negras, pero estamos descartando la hipótesis de un atentado o de un sabotaje", dijo una fuente oficial.
Una testigo dijo a Cadena Ser que escuchó una explosión antes de ver el tren descarrilado.
Decenas de personas abandonaron el lugar con sangre en el rostro y envueltos en mantas, mientras los vecinos acudían a la zona con mantas y agua. "Fue muy rápido, en una curva el tren empezó a dar muchas vueltas de campana, quedaron subidos unos vagones encima de otros y mucha gente quedó aprisionada debajo, tuvimos que salir por debajo de los vagones y nos dimos cuenta de que el tren estaba ardiendo", dijo Ricardo Montesco, que iba en el tren, a la Cadena Ser. "Yo iba en el vagón número dos y había fuego, delante había muertos. Hubo muertos, yo vi muertos", añadió.
El tren afectado es una formación que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol (La Coruña), en el noreste de España.