Un hombre de 63 años con un grave cuadro de insuficiencia renal reclamó a la Justicia de Mendoza que habilite como donante vivo a su hermano menor con síndrome de Down, con quien tiene una compatibilidad comprobada del ciento por ciento.
Un hombre de 63 años con un grave cuadro de insuficiencia renal reclamó a la Justicia de Mendoza que habilite como donante vivo a su hermano menor con síndrome de Down, con quien tiene una compatibilidad comprobada del ciento por ciento.
Se trata del médico mendocino Alfredo Gandul, quien a raíz de su cuadro está obligado a someterse a tratamiento con diálisis cuatro veces por día, lo que supone una grave complicación para su calidad de vida. Hace un año y medio se ve impedido de desempeñar el cargo de médico que ocupaba en el Hospital Central de Mendoza.
"Mi hermano Jorge, con síndrome de Down, tiene el deseo de donarme un riñón por el amor que nos tenemos. No tengo otro familiar directo que pueda hacerlo. El depende afectiva y económicamente de mí, y además tenemos un cien por ciento de histocompatibilidad", señaló Gandul en una plataforma de peticiones online. que ya cuenta con la adhesión de cerca de mil firmas.
"Para que se lo pueda estudiar como posible donante a mi hermano de 60 años necesito que el juez lo autorice, ya que ley de donantes no contempla a las personas con síndrome de Down como donantes", dijo el médico mendocino a Télam.
El tema se encuentra en análisis y todavía no fue resuelto por el juez Osvaldo Daniel Cobo, quien se encuentra a cargo del Cuarto Juzgado Civil de Mendoza, aunque ya ordenó varios estudios, entre ellos el de histocompatibilidad.
"Estamos en la fase final y el problema es que llevamos más de un año desde el momento en que presentamos la petición y no tenemos resultados", agregó Gandul, que además interpretó que el magistrado "pidió algunas medidas periciales que dilataron el proceso sin ningún sentido".
"No sé con qué tiempo cuento desde el punto de vista médico y el tratamiento de diálisis es un tratamiento sustitutivo que puede mantener al paciente con vida durante muchos años, pero el problema es la calidad de vida, y en el caso mío no tengo la energía suficiente para trabajar y hace un año y medio dejé de hacerlo", apuntó.
"En una audiencia que tuvimos en febrero pasado le hice saber al juez sobre el vínculo afectivo recíproco que nos une con mi hermano", señaló el médico en diálogo telefónico con Télam. "Mi padre falleció cuando yo tenía nueve años y mi madre sacrificó su vida para sacar adelante a mi hermano, quien concluyó la escuela primaria y aprendió el oficio de encuadernador, pese a que no contábamos con recursos económicos".
Las modificaciones al Código Civil que entraron en vigencia en agosto del año pasado dejaron de lado el criterio binario de considerar a las personas como "capaces o incapaces" y en su lugar entiende que hay distintos grados de incapacidad. Sobre ellos, deberían decidir los jueces.
"Tener el síndrome de Down no es una enfermedad sino una condición y si se los considera como incapaces se está cometiendo una injusticia, porque de hecho muchos logran estudiar y tener un oficio", señaló Gandul.
Por su parte, el abogado de la Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra), Diego Agüero, explicó que el antiguo Código Civil "no admitía grises, las personas eran hábil o inhábil, y si te declaraban inhábil te ponían un representante que sustituía tu voluntad. Era el régimen de las antiguas curatelas, un sistema arcaico que mató civilmente a muchas personas a las que se consideró inhábiles o incapaces"
Según el letrado, los cambios introducidos al Código Civil salen de esta dualidad y "permiten realizar un juicio de determinación de la capacidad, o sea que admite que existen distintos grados de capacidad".
"Esto es lo que la justicia debería tener en cuenta para tener en cuenta a una persona como donante de órganos", indicó Agüero en relación al caso de Jorge Gandul.
La ley de trasplante de órganos dice que las personas donantes tiene que ser mayores de edad y capaces.
Las cifras oficiales del Incucai dan cuenta de que en lo que va del año se realizaron 457 trasplantes de órganos, entre ellos 290 renales (214 con donante fallecido y 76 con donante vivo), 95 hepáticos (88 con donante fallecido y siete con donante vivo), 37 cardíacos, 17 renopancreáticos, 11 pulmonares, uno intestinal, uno pancreático y cinco combinados, además de 236 trasplantes de córneas.