Domingo 29 de enero— Junto al mar. Acumulo los papelitos como si fuesen pruebas de la infamia para llevar en la maleta. En ellos se lee "París (24)", "Pame (24) y Samy (20)", "Sabrina y Barby", "Agustina, solita en mi depto". En todos los papelitos un teléfono o dos ¿Se entiende? Oferta de servicios sexuales por teléfonos distribuidos a la marchanta, al volanteo. Prostitución a como de lugar. Papeles pequeños, mini volantes pegados en el parabrisas del auto, de cada auto estacionado en calles especiales durante la noche. Biológicamente maripositas que al amanecer, en el parabrisas del auto, son letra muerta de no mediar un "after" y otras intoxicaciones fuera de la ley. No se ven por la zona del Casino Central ni de los teatros. En la zona de las cervecerías que frecuentan los jóvenes tampoco. Mar del Plata es grande.
Consulto con el veterano periodista, que tiene aquella vieja moral del 1950/60. No se asombra por el tema. "Vienen más en verano, todas tienen un protector, este negocio no da para emprendedores individuales ni cuentapropistas. Las chicas están cuidadas y esclavizadas, algunas un poco menos cuidadas, pero esclavizadas seguro. En esto hay que pagar protección, nadie viene sola, se baja del colectivo y organiza un circuito. Créame. Nadie".
Prende un cigarro mientras pelea con esa tos de mil años y ese rostro curtido, tan milenario como la tos. "Cuando se fue la estación de ómnibus, la calle Sarmiento quedo huérfana, pero ya la zona de avenida Champagnat era el hueco. Champagnat, Belgrano, eso es durísimo, con Luro y Jara, ése es el rectángulo difícil. El más difícil. Hay un alivio sobre Champagnat/Colón, porque está muy iluminada, pero Champagnat, que es la ruta, es muy dura, muy cruda". Fuma y tose. Después continúa. "Salta, Libertad y 3 de febrero es otro campamento".
Quisiera hablar del tema con la liviandad de aquel Gardel y Lepera que reformulara Manuel Puig: "Deliciosas criaturas perfumadas, quiero el beso de tus boquitas pintadas..." pero estas no son "Betty, Peggy, Mary y Juli". Aunque "Pame" y "Sabri" podrían ser/son las herederas del oficio, aquella música era de otro mundo. Con otra sordina, con otra sordera, con otra sordidez, con otra canción.
Pregunto por la droga, porque una cosa trae la otra y nada se resuelve sin una cadena y hay un porcentual y una lógica en los negocios clandestinos. El mismo que cuida la distribución de la cocaína puede/debe cuidar las bolsas con pastillas, avisar a los protectores y renegociar con la policía, porque algo--- parece seguro: nada de esto es misterioso y gratuito.
"Claro que estamos todos comprometidos, pero Mar del Plata no es diferente, acaso mayor oferta y demanda, porque éste es un negocio con oferta y demanda y si no fuese así no sería negocio, y el turismo y la velocidad de las vacaciones y la gente distraída y esas cosas conforman un mercado especial, pero no se crea que esto solo sucede o lo encuentra en Mar del Plata".
Hablar de algo que ya se habló parece tonto, desesperante, inútil. Un "dejavú" de pavotes. Escuchar el tema de la trata y la desprotección, de una vida social que atrasa y mantiene desequilibrios, injusticias y futuros muy negros hoy parece eso. Tonto. Desesperante. Inútil.
La tarea larga y esforzada de concejalas como Norma López, Daniela León y Eugenia Schmuck ha llevado a descubrir, sobre el costado de la estación de ómnibus Mariano Moreno, un foco de prostitución y trata que aflige. Violencia, heridos, escándalos y la policía, tanto la municipal como la provincial, también las diferentes fuerzas nacionales disimulando lo visible. Peor, el resto de los concejales y la administración municipal saben de qué se habla cuando se menciona la zona roja cercana a la estación de ómnibus en Rosario.
"Frágiles muñecas del olvido y el placer, ríen su alegría como un cascabel...". Está claro que Alfredo Lepera en su poesía describía otra sociedad; por si no lo entiende: otra forma de participar de la prostitución. Sin teléfono ni volantitos en la calle pero aceptada, permitida. Como hoy. Con papelitos.