Un cabo de policía de Neuquén mató de un disparo con su arma reglamentaria a su hija de 10 años y tras ello se suicidó, en su casa de la localidad neuquina de Piedra del Águila.
Un cabo de policía de Neuquén mató de un disparo con su arma reglamentaria a su hija de 10 años y tras ello se suicidó, en su casa de la localidad neuquina de Piedra del Águila.
El suboficial, identificado como Omar Inalaf, de 31 años, se había separado de su esposa y madre de la niña hacía pocas semanas, situación que lo tenía alterado y sumido en un estado de depresión.
El crimen de la nena se convirtió en el segundo episodio registrado en la semana donde muere un menor producto del despecho o la inestabilidad emocional del varón que era pareja de sus respectivas mamás, como el conmocionante caso de envenenamiento de un bebé de dos años en Salta.
Allí, en la provincia norteña, un joven de 28 años llevó una botellita con cianuro (dijo que era agua bendita) para acabar con la vida del hijo de su pareja. Terminó provocando la muerte del bebé y también de su novia. El bebé murió por haber tragado el líquido mientras que su mamá por intoxicación tras practicarle respiración boca a boca.
Sobre este macabro caso, que tuvo como doble homicida al periodista Franco Rodrigo Gaspar Cinco, ayer trascendieron otros escalofriantes detalles.
En el caso del homicidio y suicidio de Piedra del Aguila, el policía (que se desempeñaba en la división Tránsito de la policía de dicha localidad) se preocupó en anunciar por Facebook que iba a cometer un acto desgraciado.
"Me voy a mandar una cagada", escribió el cabo Inalaf en la red social. Esto alertó a su suegro, quien primero se dirigió hasta la casa del efectivo y luego, tras escuchar los disparos, corrió hasta la seccional policial.
Cuando el personal de la fuerza entró a la la vivienda encontró al cabo y a su hija aún con vida, por lo que ambos fueron trasladados en ambulancia al hospital, donde a los pocos minutos fallecieron.
Piedra del Aguila está ubicada a 240 kilómetros de la capital neuquina.
Inalaf se había separado de su mujer hacía algunas semanas. El gabinete criminalístico de Junín de los Andes quedó a cargo de las autopsias.
Salta
Ayer, familiares de la mujer asesinada junto a su hijo con cianuro en Salta y el fiscal que investiga el caso confirmaron que el acusado del doble crimen había tratado de matar al niño en dos oportunidades y que ofreció dinero a tres personas para hacerlo.
Alejandro Párraga, padre y abuelo de las víctimas, aseguró que Franco Gaspar Cinco, único imputado en la causa, había intentado matar a su nieto por considerarlo un "escollo" en la relación de pareja con su hija.
"¿Qué nos está pasando para que alguien pueda atentar contra la vida de un bebé de dos años al menos dos veces?", se preguntó el hombre.
Párraga dijo que "un 25 de mayo vino y se llevó a mi hija, pero ella insistió en llevar con ellos a Amir, fueron al dique y de allí volvieron con el chico completamente lastimado, casi no podía caminar, raspado en la espalda, amoratado en los brazos y manos".
El hombre afirmó que en aquella oportunidad su hija se "autoinculpó" por el hecho y lo atribuyó a "un accidente".
En tanto, el fiscal penal 4 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ramiro Ramos Ossorio, confirmó que Cinco "le ofreció 10 mil pesos a tres personas distintas para matar a una persona" y detalló que, ante la negativa de sus interlocutores, planteó pagarles la suma en dólares.
"Al parecer él tenía ese conflicto personal de pensar que la presencia del niño no le permitiría cumplir con su proyecto de pareja", sostuvo.
El fiscal Ossorio dijo que Cinco había manifestado a amigos y familiares que el niño entorpecía la relación de pareja con la joven, por lo que "al parecer buscó deshacerse" de él.
El hombre, docente secundario y periodista, está detenido e imputado por el doble crimen de su novia, Alejandra Párraga, de 26 años, y del hijo de la joven, Amir Párraga, de 2.
El hombre, de 27 años, reconoció haber entregado una botella con agua bendita extraída de la catedral salteña a su pareja y al niño, pero negó haberle agregado veneno.
El padre y abuelo de la víctima declaró que su nieto rechazaba los presentes y atenciones de Cinco, por lo que su hija bebió el líquido de la botella para que el niño también aceptara hacerlo, y ambos murieron intoxicados con cianuro.
"Voy a denunciar públicamente la frialdad, la maldad extrema de este hombre que luego de los hechos, y cuando todos estábamos en los hospitales desesperados, ingresó a la casa e intentó llevarse la botella con el veneno, no pudo hacerlo por la presencia de mi yerno", dijo el hombre.
Por otra parte, estudiantes de la Universidad Nacional de Salta, donde la joven asesinada cursaba estudios, realizaron una marcha.