Un sistema de baja presión en el sur de la Patagonia está empujando el aire frío desde la Antártida hacia el norte y el frío se siente en todo el país. Esto trajo una ola de aire helado, que aumenta las probabilidades de heladas. Esta circulación de aire propició un fenómeno de temperaturas súper frías y, desde este domingo, hay alertas rojas en 9 de las 24 provincias del país. Estas alertas significan que el frío puede ser peligroso para la salud, incluso para gente que normalmente está sana. Además, otras 12 provincias están en alerta naranja o amarilla.
Con esta ola de frío, se ven más heladas. Esto pasa cuando la temperatura baja tanto que el agua o el vapor en el aire se congelan, formando hielo en las superficies.
Meteorológicamente hablando, la helada se determina cuando la temperatura del aire desciende por debajo de los 0°C. Se produce por el enfriamiento del aire provocado por la pérdida de energía de la superficie terrestre durante la noche.
Qué son las heladas negras
En agronomía, las heladas se clasifican según su color: hay heladas blancas y negras. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las heladas negras son mucho más peligrosas para los cultivos. Se llaman así porque las hojas de las plantas se ponen negras después de ser afectadas por este fenómeno.
Este tipo de helada ocurre cuando el aire tiene muy poca humedad, así que no se forma hielo visible. En su lugar, el frío afecta directamente a las plantas, congelando los líquidos dentro de ellas y dañando sus células. Después de unos días, los tejidos de las plantas dañadas se ponen negros porque han sido destruidos.
Otros tipos de heladas
Otro tipo es la helada blanca. Forma escarcha blanca sobre las superficies y las hojas. Ocurre cuando el aire es húmedo, y con el descenso nocturno de temperatura, el vapor de agua condensa (sin pasar por el estado líquido) y se forman pequeñas estructuras de hielo que se deposita en todas las superficies.
Al contrario de lo que mucha gente cree, la escarcha funciona como protección al frío extremo. El hielo aísla a la planta de las bajas temperaturas y no se congela.
Heladas según sus orígenes
Las heladas radiativas son las más comunes. Ocurren en noches despejadas y sin viento. Bajo estas condiciones, el suelo pierde energía y se enfría rápidamente, disminuyendo la temperatura del aire que está sobre él. En ausencia de viento, el aire no se mezcla, y como consecuencia las capas de aire que están cerca del suelo serán más frías que las superiores, y esto favorece el desarrollo de las heladas. Además del viento, hay diversos factores que influyen en la aparición y conservación de las heladas, como el tipo de suelo, la cobertura vegetal y el relieve. Las largas noches de invierno también ayudan al descenso de temperatura, ya que el suelo pasa más tiempo perdiendo energía.
Las heladas advectivas están asociadas a ingresos a gran escala de aire frío, que en general ya tiene temperaturas inferiores a 0°C. Se caracterizan por la presencia de viento, afectan áreas extensas y, a diferencia de las radiativas, la nubosidad no tiene gran influencia. Estas heladas pueden durar muchas horas e incluso continuar durante gran parte del día. Es frecuente observar este tipo de heladas durante el invierno, en la patagonia. .
Existe un tercer tipo de helada que es poco frecuente y se da en situaciones particulares. Las heladas evaporativas ocurren luego de un evento de lluvias originadas por el pasaje de un frente frío. En este caso, se presentan dos mecanismos que provocan enfriamiento: cambios en la masa de aire y evaporación. Luego del frente, ingresa aire mucho más frío, así que las temperaturas comienzan a bajar. Este descenso se ve reforzado por la evaporación de las gotas de la lluvia, ya que al pasar de estado líquido al gaseoso se requiere energía que se obtendrá a costa de quitarle calor al aire.