Las dos negociaciones paritarias más importantes que tenía que tratar de resolver hoy el Gobierno, la de metalúrgicos y la de comercio, fracasaron y comenzaron a delinearse paros de actividades de parte de los gremios.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que conduce el líder de la CGT oficial, Antonio Caló, cerró una ultima instancia de negociación ante los representantes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA) y la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica (CAMIMA).
Tal como estaba previsto, mañana concluirá el período de 10 días hábiles de conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
Así, el sindicato de Caló ratificó la concreción de una huelga de 36 horas entre el jueves y viernes próximo, tal cual lo indicó el secretario adjunto de la UOM, Juan Belén.
Ante la posibilidad de que el Ministerio de Trabajo prorrogue por 10 días más el período de conciliación, Belén comentó que “no lo vamos a aceptar”.
Los metalúrgicos reclaman que su salario inicial suba a 8.500 pesos, lo que implica un incremento del 32 por ciento, mientras que las empresas aceptaron acercarse a un 27 por ciento.
Debido a la proximidad de Caló con el gobierno, la paritaria metalúrgica es considerada por el resto de los gremios como una referencia, de modo que su bloqueo impide que se destrabe el resto.
Uno de los casos es el de los empleados de Comercio que lidera Armando Cavalieri, quien representa los intereses de un millón de trabajadores sindicalizados.
Al respecto, el titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, confirmó que no se pudo llegar aún a un acuerdo entre las partes y que las deliberaciones continuarán mañana.
Durante la jornada Cavalieri estuvo reunido con representantes de la CAC, y de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), liderada por Osvaldo Cornide.
En este caso, las negociaciones quedaron empantanadas, según indicaron fuentes sindicales, por el temor de Cavalieri a no quedar expuesto a aceptar un acuerdo inferior al que pueda firmar Caló.
Cavalieri acepta un aumento del 27 por ciento, pero con una primera cuota del 17 por ciento y otra antes de fin de año de 10 por ciento, pero los empresarios quieren un 15 y 12 por ciento.
Pero además, el líder los empleados de comercio aspira a que las empresas retengan de manera forzosa 100 pesos a cada empleado como aporte a la obra social del sector.