“Señora jueza, usted a mí no me conoce. Soy la mamá de Pablo Grillo, el fotoperiodista que fue agredido por el gendarme Guerrero el 12 de marzo en Plaza Congreso”. Así comienza la carta que María del Carmen le dirigió a la magistrada María Servini, quien tiene a su cargo la causa que investiga la brutal agresión al joven reportero gráfico.
El 12 de marzo, durante una protesta de jubilados frente al Congreso, Grillo recibió en la cabeza el impacto de una bala de gas lacrimógeno calibre 38 milímetros, disparada por el gendarme Héctor Guerrero. El proyectil le provocó lesiones gravísimas que requirieron una cirugía y una craneoplastia bilateral.
“Mi hijo estaba trabajando. Tenía en su mano una cámara fotográfica. Guerrero, en cambio, tenía un arma letal que casi lo mata”, escribió la mujer, en un mensaje que fue leído al aire en el programa radial de Julia Mengolini.
Una vida trastocada
En la misiva, María del Carmen describió el antes y el después de la vida de su hijo y de la familia. “Pablo era empático, solidario, inquieto, lleno de sueños. Hoy esos sueños desaparecieron ese 12 de marzo, cuando un hombre se los arrebató con ese tiro funesto”, expresó.
“Nosotros como padres no tenemos vida, sólo pensamos y actuamos de acuerdo a sus necesidades. Su hermano trata de retomar su vida con esposa e hija, y es difícil. Los amigos, todos pendientes de él, de su evolución”, señaló.
Con tono conmovedor, agregó: “Le hablo de madre a madre. Pablo dejó de ser Pablo. No come, apenas puede hablar. Mi hijo puede ser el suyo o su nieto. Sólo pedimos justicia. ¿Y sabe una cosa? Él sólo tenía una cámara de fotos”.
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La situación judicial del gendarme
El gendarme Héctor Guerrero declaró el 18 de septiembre en los Tribunales de Comodoro Py, ante el juez Ariel Lijo —quien subroga el juzgado de Servini—, acusado de intento de homicidio. Admitió haber efectuado el disparo pero negó intención de herir a alguien y se declaró inocente.
Según su versión, la acción se dio en medio de una lluvia de piedras y en condiciones de visibilidad reducida por el humo y el agua de los hidrantes. Sin embargo, la fiscalía y la querella lo acusan de disparar de manera horizontal y antirreglamentaria, a sabiendas del riesgo que implicaba.
Los abogados de Grillo remarcaron que el fotógrafo estaba agachado, tomando imágenes, sin representar peligro alguno. Por esa razón, la carátula de la causa pasó de “averiguación de delito” a “homicidio en grado de tentativa”.
Actualmente, Pablo Grillo permanece internado en el Hospital de Rehabilitación Rocca, bajo un tratamiento interdisciplinario. Su recuperación avanza, pero la familia asegura que la vida del joven cambió para siempre.
María del Carmen cerró su carta con un pedido claro: “No busco venganza. Quiero y queremos justicia por Pablo. Ya no es el hijo que tuve nueve meses en mi vientre, no es el hermano que fue. No sabemos cómo seguirá esta historia. Sólo pedimos justicia”.