Un grupo de científicos neoyorquinos ha descubierto la hormona que dispara los "flechazos" amorosos, la dopamina, una sustancia química que, en el cerebro, se relaciona con el placer y con las adicciones.
Un grupo de científicos neoyorquinos ha descubierto la hormona que dispara los "flechazos" amorosos, la dopamina, una sustancia química que, en el cerebro, se relaciona con el placer y con las adicciones.
Durante siglos, el amor fue investigado básicamente por los poetas, los artistas y los cantautores. Pero ahora sus misterios se están sometiendo a las herramientas de la ciencia, como por ejemplo los modernos equipos de escaneo cerebral.
En la State University de Nueva York, en Stony Brook, un puñado de jóvenes que acaban de enamorarse se ofrecieron para que escanearan sus cerebros y se determinaran cuáles son las áreas que se activan cuando observan fotos de sus amados o amadas. Así se pudo ver que eran precisamente aquellas que son ricas en una poderosa sustancia química que ayuda a sentirse bien, la dopamina. Es una hormona clave en el sistema de retribuciones del cerebro, red de células vinculadas con el placer y las adicciones. Y que sería la responsable, entonces, de los "flechazos" amorosos.
En el mismo laboratorio, voluntarios de más edad que dijeron seguir muy enamorados luego de dos décadas de matrimonio participaron también del experimento. Ante los mismos estímulos, se activaron las mismas zonas del cerebro, lo que muestra que la sensación de luna de miel puede durar.
Sin embargo, en estas personas, también se activaban otras zonas, aquellas ricas en oxitocina, que se libera durante el orgasmo y que está vinculada con la monogamia y los vínculos de largo plazo.
Los neurobiólogos lograron traducir el sentimiento amoroso en una serie de elementos químicos y señales eléctricas del cerebro, donde la dopamina juega un gran papel en la excitación del amor, mientras que la oxitocina es clave para la experiencia más serena del cariño.