Más de 100.000 habitantes de Nagorno Karabaj huyeron a Armenia, cerca del 83% de su población total, luego de la ofensiva relámpago de Azerbaiyán, que denunció la muerte de uno de sus soldados en la frontera y prometió “represalias”. Azerbaiyán anexó con un golpe relámpago el territorio en disputa con Armenia desde hace décadas. Lo hizo con el tácito aval de Rusia, hasta hace poco el principal respaldo de Armenia ante su vecino y enemigo.
“Hasta ahora, llegaron 100.437 personas”, declaró la portavoz del gobierno armenio, Nazeli Baghdasarian, en una conferencia de prensa. El dato oficial era que unos 120.000 armenios vivían en Nagorno Karabaj, por lo que la cifra significa que más del 83% de ellos abandonaron sus hogares ante las denuncias de una “limpieza étnica” y pese a los llamados de Azerbaiyán a que permanezcan en sus casas.
Tras una ofensiva relámpago llevada a cabo el 19 de septiembre pasado, las autoridades de la república proclamada hace tres décadas, sin reconocimiento internacional y conocida por los armenios como Artsaj, anunciaron que será disuelta a partir del próximo 1º de enero y se anexará a Azerbaiyán. “Quedan algunos cientos de funcionarios, urgentistas, voluntarios y personas con necesidades especiales, que también se están preparando para partir”, escribió en la red social X, antes Twitter, el ex mediador para los derechos de Nagorno Karabaj, Artak Beglarian.
Muchos de esos armenios quemaron incluso sus efectos personales, antes de sumarse a la columna de refugiados, consignó la agencia de noticias AFP. En total, murieron cerca de 600 personas en la ofensiva relámpago con la que Azerbaiyán tomó el control de este territorio. Estos últimos combates terminaron con unos 200 soldados fallecidos de cada lado, mientras que al menos 170 personas murieron tras la explosión de un depósito de combustible que fue tomado por los refugiados en su huida por la única vía que conecta el enclave montañoso con Armenia.
La ONU enviará una misión a Nagorno Karabaj, la primera en 30 años. La ONU planea incrementar la entrega de raciones a 21.000 comidas en las próximas dos semanas, así como cereal para 30 mil bocas.
Nagorno Karabaj está dentro de las fronteras internacionales de Azerbaiyán, pero los habitantes hicieron una secesión en los años de desintegración de la Unión Soviética, y desde entonces estuvieron enfrentados al poder azerbaiyano, con el que libraron dos guerras con el apoyo de la vecina Armenia. Tras la primera de ellas, que se libró de 1988 a 1994 y dejó unos 30.000 muertos, los armenios tomaron control de la región y establecieron allí su república. En la segunda guerra, en 2020, que dejó unos 6.500 muertos, Azerbaiyán recuperó zonas de Nagorno Karabaj y territorios circundantes que los armenios habían conquistado en el anterior conflicto.
La última operación de Azerbaiyán, que fue un éxito total, reavivó las acusaciones de limpieza étnica. Los armenios son cristianos, mientras que Azerbaiyán es un país musulmán. Las autoridades armenias presentaron una denuncia a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la que reclamó medidas urgentes para proteger a los habitantes del enclave. Armenia culpa a Rusia, tradicional aliado de Ereván que contaba con soldados de mantenimiento de paz en la zona y que en esta ocasión no intervinieron para garantizar el alto el fuego. Ocurre que hace pocos días, Ereván declaró que dejaría de lado la tutela de Rusia. Rápidamente llegó la represalia de Moscú a través de la pasividad de sus soldados.