Un grupo de montañeros chileno hizo historia esta semana al encontrar los restos de un avión que transportaba parte de un equipo de fútbol y que se estrelló hace más de 50 años.
El 3 de abril de 1961, el aparato Douglas DC-3 de la aerolínea Lan procedente de Osorno, en el sur, y con destino a Santiago, desapareció en lo alto de la montaña y sus restos nunca fueron encontrados, convirtiéndose en uno de los mayores misterios de la época. En el avión viajaban 24 personas, entre ellas 8 miembros del equipo de fútbol Green Cross, así como el entrenador y el masajista.
El equipo volvía de jugar un partido de la Copa de Chile y se dividió en dos vuelos. Uno nunca llegó a destino, en una de las peores tragedias del fútbol chileno, que causó conmoción en todo el mundo.
La búsqueda de los restos del avión se alargó durante más de una semana y resultó infructuosa. Los funerales del equipo fueron multitudinarios y simbólicos porque no se hallaron los cuerpos. Incluso circularon leyendas de que los ataúdes fueron llenados con piedras.
Esta semana un grupo de montañistas encontró a 3.200 metros de altura, en la cordillera de Linares, 360 kilómetros al sur de Santiago, los restos completo del avión, lo que solucionó uno de los misterios más antiguos entre los lugareños. Varias expediciones habían tratado infructuosamente de encontrar la nave.
“Fue un momento sobrecogedor y se sentían sensaciones de todo tipo. Se podía sentir la energía del lugar, se podía respirar el dolor”, relata Leonardo Albornoz, un miembro de la expedición que realizó el hallazgo.
El grupo descubrió sin necesidad de desenterrar buena parte del fuselaje, mucho material esparcido e incluso restos óseos. “Descubrimos la hélice que estaba semienterrada, pero seguramente que tiene que haber muchas historias debajo de esas piedras”, afirma Albornoz.
El hallazgo serviría además para reescribir la historia, puesto que los restos del avión fueron encontrados en un lugar diferente al indicado por las publicaciones oficiales.
La expedición no ha revelado el punto exacto por respeto a los familiares y para evitar que el lugar se convierta en una zona turística.
“Sabemos que estos lugares son muchas veces tomados como trofeos, para que la gente extraiga cosas, se lleve recuerdos”, explica Albornoz.
El Green Cross jugó en la primera división de Chile hasta su disolución en 1965.