Un escándalo de ecos internacionales sacude por estos días a Italia, luego de que medios de comunicación locales dieron a conocer que el subsecretario de Cultura de ese país, Vittorio Sgarbi, está siendo investigado por el robo del cuadro “Captura de San Pedro”, pintado por Rutilio Manetti en el siglo XVII y desaparecido en 2013 del castillo de Buriasco, en Piamonte, pero que reapareció hace unas pocas semanas en una exposición en la ciudad de Lucca, como propiedad del político y crítico de arte.
Fiscalías del norte y centro de Italia investigaban a Sgarbi por robo de bienes culturales y expropiación de obras de arte, informaron el diario Il Fatto Quotidiano y el programa de investigación Report de la RAI.
Mientras Sgarbi sostiene que la obra expuesta en la ciudad de Lucca en la muestra “Los pintores de la luz” es “una copia” del cuadro de Manetti perdido 10 años atrás, la Fiscalía de Macerata, ciudad donde reside Sgarbi, solicitó que la policía italiana interrogue a un restaurador y a los propietarios de la empresa Reggio Emilia que habría hecho la copia del lienzo en cuestión. La obra original está valuada en cientos de miles de euros y registrada en la base de datos de Interpol de obras de arte perdidas, desaparecidas o robadas. La obra de Sgarbi muestra una diferencia compositiva respecto de la original, pero podría haberse añadido.
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A la izquierda la obra original robada hace 10 años; a la derecha, la que tenía Sgarbi, y que él alega es una copia de la primera. La diferencia es la antorcha del fondo, pero podría haber sido pintada a posteriori.
Antes de 2013 el cuadro estaba en el castillo de Buriasco, propiedad de Margherita Buzio, quien se había negado a vendérselo a Sgarbi, luego de que un colaborador del funcionario le hubiera ofrecido comprarlo.
Tiempo después, la mujer denunció que ladrones habían entrado en su castillo, cortado y robado el lienzo de Manetti, dejando en su lugar una foto de la obra. Pero el cuadro exhibido en Lucca es diferente al de la aludida fotografía: una antorcha se ve en el fondo de la tela y no aparece en la captura fotográfica que la denunciante entregó como prueba. Es además improbable que alguien ofrezca para su exposición pública una obra robada.
El subsecretario, por su parte, dijo que encontró la obra “por casualidad” en Villa Maidalchina, una residencia de la nobleza adquirida en 2000 por Rita Cavallini, su madre, y reiteró que se trata de una copia. Ahora los peritos tendrán que comprobar si esto es así o no.
La sospecha es que Sgarbi podría haber añadió la antorcha en el fondo del cuadro original “para despistar” y que no se la identificara como la pintura robada.
Un personaje explosivo
Sgarbi es un personaje famoso en Italia desde los años 90, cuando incursionó en política. Hasta ese momento ejercía su profesión como crítico de arte egresado de la Universidad de Bologna, ocupó diversos cargos en ciudades y regiones italianas del norte. Fue desde entonces diputado nacional numerosas veces, siempre por partidos de derecha o centroderecha. Pero sobre todo se destacó como invitado en la televisión, donde su carácter explosivo daba lugar a entrevistas y polémicas de alto voltaje. Lo mismo ocurría cuando ocupaba un escaño en el Parlamento.
Sgarbi alega que él tiene una copia, que además es diferente en su composición al original robado Sgarbi alega que él tiene una copia, que además es diferente en su composición al original robado
Sobre la revelación de Il Fatto Quotidiano comentó: “Una vez más Il Fatto miente, utilizando información confidencial que ni yo ni mi abogado conocemos. No he recibido ningún aviso de investigación judicial. Tampoco sabría cómo puedo ser investigado por un robo que no cometí”, declaró. “Esta noticia muestra una clara violación al secreto de la investigación, único delito del que hay constancia”, agregó.
Sgarbi tiene varios cargos públicos y privados, además de ser subsecretario de Cultura del gobierno de Giorgia Meloni. Desde 2023 es alcalde de la pequeña ciudad de Arpino y desde 2019 proalcalde de Urbino, así como comisario para las Artes de Codogno y consejero para la Belleza de Viterbo. En el ámbito privado, es presidente de la Fundación Ferrara Arte y titular de tres museos: Mart de Rovereto, el MAG de Riva del Garda y de la Canova Gypsotheca.
Coleccionista de obras de arte y libros antiguos, amplió la colección creada por sus padres en colaboración con su hermana Elisabetta, vinculándola a través de la Fundación Cavallini-Sgarbi que ella fundó, con vistas a un posible museo.
Se lo acusa de cobrar por tareas de asesoramiento a pesar de su cargo público, algo que la legislación italiana prohíbe expresamente. Il Fatto Quotidiano denunció el “cachet de oro” que cobraría Sgarbi, una operación que le habría aportado “300.000 euros en nueve meses”.
Soltero, reconoció dos hijas (nacidas entre finales de los 90 y principios de los 2000) y un hijo (nacido en 1988). En 2011, el Tribunal de Apelación de Ancona le atribuyó la paternidad de una tercera hija, una adolescente de 13 años, de una cantante de ópera. En aquella ocasión Sgarbi afirmó que creía “tener al menos cuarenta hijos”. A esta sucesión de hechos insólitos y polémicos, Sgarbi agrega ahora uno más: el probable robo de una obra de arte. La oposición reclamó su inmediato alejamiento del cargo.
De confirmarse el robo por obra de Sgarbi, sería un nuevo caso en el que un funcionario europeo atenta contra el patrimonio cultural nacional. El último y resonante caso fue descubierto el año pasado en el Museo Británico, de donde desaparecieron cerca de 2.000 pequeños objetos históricos mediante robos ejecutados de manera sistemática a lo largo de años.