El Papa Francisco celebró ayer la vigilia pascual junto a miles de fieles y peregrinos en la basílica de San Pedro, donde se recordó la resurreción de Jesús.
El Papa Francisco celebró ayer la vigilia pascual junto a miles de fieles y peregrinos en la basílica de San Pedro, donde se recordó la resurreción de Jesús.
La celebración comenzó frente a la basílica, donde se encendió el cirio pascual, que fue trasladado en una procesión dentro de la iglesia, que se encontraba a oscuras.
Durante la vigilia pascual el sumo pontífice de 78 años realizó el tradicional bautismo. Este año los bautizados fueron seis mujeres y cuatro hombres de Italia, Albania, Camboya, Kenia y Portugal, según indicó Radio Vaticano.
En su homilía, Francisco pidió a los fieles no cerrar los ojos ante los problemas, ir más allá de las propias certezas y ser humildes y modestos.
En Pascuas los cristianos celebran la resurrección de Jesucristo entre los muertos. Según la Biblia, el hijo de Dios, Jesús de Nazareth, fue condenado el viernes santo en Jerusalén y crucificado en el monte Gólgota. Según la fe cristiana, el domingo de Pascuas Jesús resucitó y cumplió así con la misión de redención divina en la Tierra.
Francisco describió la vigilia pascual como “una noche de vela para los discípulos y las discípulas de Jesús, una noche de dolor y de temor”. Se trata de “entrar en el misterio que Dios ha realizado con su vigilia de amor”.
“Entrar en el misterio nos exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes”, continuó.
Al mismo tiempo, subrayó que “entrar en el misterio significa ir más allá de las cómodas certezas, más allá de la pereza y la indiferencia que nos frenan”.
El Papa pidió además “humildad, la humildad de bajarse, de apearse del pedestal de nuestro yo, tan orgulloso, de nuestra presunción, la humildad para redimensionar la propia estima, reconociendo lo que realmente somos: criaturas con virtudes y defectos, pecadores necesitados de perdón”.
Esta es la tercera vez que el Papa Francisco celebra la Vigilia Pascual, tras ser elegido pontífice en 2013. El acto de anoche precede a la misa del Domingo de Resurreción, en la que Jorge Bergoglio impartirá la tradicional bendición urbi et orbi desde el balcón de la basílica de San Pedro.
Una ayuda a los sin techo. El limosnero pontificio, el polaco Konrad Krajewski, distribuyó por deseo del Papa Francisco sobres con dinero a 300 sin techo que se disponían a pasar la noche en las estaciones ferroviarias de Roma, mientras se celebraba en el Coliseo de Roma el Vía Crucis.
Este gesto se realiza por segundo año consecutivo en la noche de Viernes Santo.
Mientras en el Coliseo el Papa celebraba el Vía Crucis, Don Corrado, como se conoce al limosnero, acompañado por el director de la Limosnería, Diego Ravelli, acudieron a la estación de San Pedro, a la estación central de Termini y a otras para distribuir las donaciones del Papa.
En los 300 sobres que entregaron en su periplo por las estaciones romanas hasta las doce de la noche había una felicitación del Papa por motivo de la Semana Santa, una estampita con su foto y una cantidad de dinero.
El Papa siempre ha mostrado una gran atención por las personas sin hogar y ha instado a Krajewski a que saliese personalmente para llevar ayuda a los necesitados. Krajewski además de llevar donaciones económicas ha distribuido entre los «sin techo» paraguas, sacos de dormir, ha organizado la construcción de duchas para que puedan asearse y la última iniciativa fue la de invitar a un grupo de ellos a visitar la Capilla Sixtina.