Después de fugarse de la cárcel dos veces, Joaquín "El Chapo" Guzmán era el hombre más buscado del mundo. Y ahora, verlo en persona se convirtió en una atracción turística para numerosos espectadores que acuden a la corte en Brooklyn donde es enjuiciado el notorio capo de las drogas. Neoyorquinos curiosos, fanáticos de las novelas policíacas e incluso turistas extranjeros acuden a la galería pública del tribunal federal de Brooklyn, para ver al narcotraficante que podría ser sentenciado a pasar el resto de sus días tras las rejas. Algunos días, solo dos personas vienen a ver el juicio, frente a la multitud de fiscales, reporteros, guardias de seguridad y abogados en la sala. Otros días son quizás cinco. Pero en todo caso escuchan atentos, erguidos en sus asientos tratando de echarle un vistazo al rostro de Guzmán. A veces ven con curiosidad a su esposa, Emma Coronel, sentada en la galería del público. "Es algo surrealista, es como si estuviera viendo la serie de televisión (de Netflix) «El Chapo»", dijo Peter Stolt, de 23 años, quien asistió a tres días del proceso en noviembre y espera venir por lo menos una vez más.