Los sorprendidos habitantes de la costa este de Estados Unidos enfrentaban este jueves un creciente número de muertos, ríos desbordados, daños por tornados y llamadas continuas de auxilio después de que los remanentes del huracán Ida azotaran la región con precipitaciones históricas que dejaron por lo menos 46 personas fallecidas en sus casas y vehículos.
En una región que había recibido advertencias sobre la posibilidad de inundaciones repentinas, pero no se había preparado para un impacto tan fuerte, la tormenta dejó casi medio centenar de personas fallecidas entre Maryland y Connecticut, en las pocas horas desde la noche del miércoles hasta la mañana del jueves.
Al menos 23 personas fallecieron en Nueva Jersey, precisó el gobernador Phil Murphy. La Policía reportó trece víctimas fatales en la ciudad de Nueva York, una de ellas dentro de un vehículo y once en apartamentos inundados en sótanos, los cuales suelen ser viviendas relativamente accesibles económicamente en una de las ciudades más caras del país. Se notificaron también tres muertes en el condado Westchester, en los suburbios de la ciudad de Nueva York.
Otras cinco personas murieron en Pensilvania, incluyendo una a la que le cayó un árbol encima y otra que se ahogó dentro de su vehículo después de ayudar a su esposa a escapar, según las autoridades. Un sargento de la Policía estatal de Connecticut falleció luego de que su patrulla fuera arrastrada por la corriente. También se reportó un deceso en Maryland.
En la ciudad de Nueva York, Sophy Liu sacó a su hijo de su cama y le puso un chaleco salvavidas y un flotador, ya que se estaba inundando su apartamento del primer piso, en el distrito de Queens. Incapaz de abrir la puerta por la fuerza del agua, llamó a sus amigos en busca de ayuda. El agua alcanzaba casi el metro y medio de altura cuando llegaron a rescatarla, según relató.
"Obviamente estaba asustada pero tuve que ser fuerte por mi hijo. Tenía que tranquilizarlo", indicó. Médicos forenses retiraron otros tres cuerpos de una residencia en esa misma calle.
En otra parte de Queens, el agua en el apartamento de Deborah Torres, ubicado en el primer piso, le llegó rápidamente a las rodillas mientras su casero les pedía desesperadamente a sus vecinos de la planta baja —una pareja con un bebé— que salieran del lugar. Sin embargo, el agua corría con tal fuerza que ella asumió que no pudieron abrir la puerta. Los tres fallecieron.
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Los remanentes de Ida mantuvieron un núcleo húmedo y luego se fusionaron con un frente de tormenta tradicional, desatando una acometida de lluvias sobre el corredor de la autopista interestatal 95, dijeron los meteorólogos. No es la primera vez que se registra un clima similar tras el ingreso de un huracán a tierra, pero los expertos afirman que se magnificó ligeramente debido al cambio climático —el aire más caliente retiene más humedad— y a los ambientes urbanos, donde el pavimento impide que el suelo absorba el agua.
El Centro Nacional de Huracanes había advertido desde el martes sobre la posibilidad de "inundaciones súbitas significativas y peligrosas", así como desbordamiento de ríos, en la región central de la costa este y Nueva Inglaterra.
De todas formas, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, y el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, dijeron que la fuerza de la tormenta los tomó por sorpresa. "No sabíamos que entre las 8.50 y las 9.50 de anoche, los cielos literalmente se iban a abrir y arrojar un nivel de agua similar al de las Cataratas del Niágara sobre las calles de Nueva York", dijo Hochul, quien asumió el cargo apenas la semana pasada tras la renuncia de Andrew Cuomo.