Las autoridades chilenas declararon este sábado el estado de catástrofe en la región de la Araucanía, que se suma al Biobío y Ñuble, para movilizar todos los recursos contra la ola de incendios que devasta el sur del país, con múltiples focos simultáneos y que ya se han cobrado 22 vidas.
Según el último informe oficial, se combate 80 focos, de un total de 251 que están activos, de los cuales 151 han sido controlados, aunque ninguno todavía totalmente extinguido. Son al menos cuatro las regiones afectadas, tres de ellas bajo estado de catástrofe, junto a diversas comunas que afrontan focos simultáneos.
Las autoridades se mostraban muy preocupadas por las perspectivas para el lunes, cuando se pronostican altas temperaturas, fuertes vientos y baja humedad que complican el combate contra las llamas.
La ministra de Interior, Carolina Tohá, informó que se ha designado a un ministro enlace a cargo de las tres regiones más complejas para centralizar las operaciones.
Añadió que se ha pedido ayuda a los países cercanos, entre ellos Brasil, México y España, igual que Argentina, que ya confirmó el envío de equipos.
Más de 3.000 bomberos se encontraban en el lugar, combatiendo los incendios, entre ellos los 76 que se declararon en las últimas 24 horas, según informó la ministra Tohá.
La cifra de heridos ascendió a 554, de los cuales 16 están graves, según un nuevo informe divulgado por las autoridades.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, que interrumpió sus vacaciones para atender la cuestión, dialogó este sábado por la mañana con su par argentino Alberto Fernández y le agradeció el ofrecimiento de colaboración y personal para combatir los incendios.
“Acabo de conversar con el Presidente @alferdez para coordinar y agradecer el apoyo de la República Argentina en combate a incendios. Además de brigadistas, recibiremos maquinarias. Estamos gestionando apoyo de distintos países para enfrentar emergencia. No los dejaremos solos!”, posteó el mandatario chileno en su cuenta oficial de Twitter.
Al menos 22 personas murieron en decenas de incendios forestales en la zona centro sur del país, azotada por una intensa ola de calor, y hay otras 554 heridas, 16 de ellas en estado grave, precisó la ministra Tohá.
Este sábado ratificó que 80 focos estaban fuera de control el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
El viernes el balance oficial de víctimas fatales ascendía a 13, cifra que ayer sábado subió primero a 16 y luego a 22.
Por la situación que no logra ser controlada, sumada a temperaturas cerca de los 40 grados centígrados en toda la zona afectada, Boric declaró el estado constitucional de catástrofe en las tres regiones castigadas.
Esa declaración permite disponer recursos adicionales para controlar la emergencia, restringir el libre tránsito de las personas y utilizar a las fuerzas militares para contener el desastre.
Boric suspendió sus vacaciones estivales durante el viernes para visitar la ciudad de Concepción, 510 kilómetros al sur de Santiago, capital del país. A través de Twitter dijo ayer que seguía trabajando “para enfrentar los incendios forestales y apoyar a las familias”.
Por su parte, Tohá dijo que el gobierno chileno también está coordinando ayuda con Brasil, Uruguay, Mexico y España, además de la brindada por Argentina.
Luto en Santa Juana
Del total de fallecidos, 10 se registraron en el pueblo de Santa Juana, en la región de Biobío, cinco de los cuales eran miembros de una misma familia.
La alcaldesa de Santa Juana, Ana Albornoz, explicó las dificultades que enfrenta en ese municipio, debido a que es “un terreno muy agreste con muy mala conectividad”.
“Tenemos una demografía muy baja, un vecino en un cerro y otro en otro cerro, y una zona urbana hacinada y concentrada, lo que dificulta cualquier tarea de rescate”, declaró Albornoz a radio Cooperativa.
“Para desalojar a la gente es terrible, porque hay que recorrer kilómetros en caminos donde tú no encuentras a las personas, cuando no hay luz, es una situación que complejiza toda labor”, añadió.
Una residente de la localidad de Purén, en la región de La Araucanía, relató el avance del fuego, que ya arrasó parte de ese poblado.
“Las llamas venían desde el bosque, no dio tiempo para nada. Todos salieron de sus casas. Lo único que pudieron sacar fueron sus animalitos, pero igual algunos se quemaron. La gente lo único que atinó es a arrancar. Las llamas consumieron todo, fue muy rápido”, contó a Canal 13.
Estos incendios se producen durante una ola de calor extremo, lo que hace temer a las autoridades un desastre como el que se vivió a inicios de 2017, cuando un gigantesco incendio forestal causó 11 muertos, unas 6.000 víctimas, destruyó más de 1.500 casas y afectó 467.000 hectáreas de tierra.
Como en aquel año, los focos de incendio comenzaron en áreas agrícolas y en bosques, y avanzaron hasta amenazar y afectar zonas pobladas.