Un "hotel extendido" es una empresa hotelera que existe como tal en Italia. Está situado en un único centro habitado, formado por varias viviendas cercanas entre sí, con gestión unitaria y capaz de proporcionar servicios hoteleros a todos sus huéspedes.
El pueblo se levanta sobre un espolón rocoso a pocos kilómetros de las aguas azules del Tirreno. Hoy es un ejemplo de sustentabilidad ambiental y preservación de las tradiciones culturales y sociales.
Allí dos hermanos tuvieron la idea, primero solos y luego con otros residentes, de intervenir para evitar el abandono, un fenómeno que afecta a muchos pueblos del sur. Primero compraron un par de casas semiderruidas, y las remodelaron con la idea de atraer turistas.
El proyecto creció y ahora algunos de los vecinos son los que pusieron a disposición sus casas para alquilar con el objetivo de verlas reestructuradas, mientras otros directamente las cedieron.
En Belmonte Calabria sólo es posible desplazarse a pie. Dos estacionamientos en los extremos permiten dejar los autos y aventurarse en un universo de paredes coloridas, escalinatas que llevan arriba y abajo en una suerte de laberinto, jarrones con flores, lámparas de luz cálida, terrazas en los techos y jardines que se entrecruzan.
En el centro hay una plaza, con un bar-trattoria dedicado a la cocina tradicional, considerada desde siempre como un patrimonio cultural.
Además, el "hotel extendido" sirve para mantener viva la economía local y algunas profesiones artesanales que en caso contrario podrían desaparecer, como los talladores de madera y los dueños de talleres que utilizan técnicas ya en vías de extinción.