El municipio cordobés de General Cabrera estuvo en el centro de la escena estos días por la destrucción de caños de escapes ruidosos con una aplanadora. El espectáculo fue en la vía pública y tuvo importantes repercusiones en redes sociales, las cuales se llenaron de elogios y aplausos. Esta pequeña ciudad de 15 mil habitantes posee una ordenanza que prohíbe la circulación de motos que caños de escape libre o adulterados. En caso de quebrantar la norma el vehículo es retenido, se cobra una multa y se devuelve al dueño sólo si se tienen los papeles en regla y el caño de escape como corresponde. Después de la visibilidad que se le dio a esta problemática la pregunta es: ¿Existe alguna reglamentación en Rosario?
En el Código de Convivencia se contempla esta situación en dos artículos. Por un lado, el artículo 173 la infracción con respecto a ruidos y vibraciones tiene una multa que va de 25 a 500 UF (cada UF equivale al menor precio de venta al público de un litro de nafta especial). Por su parte, el artículo 293 considera más específicamente las infracciones en caso de tener un caño de escape deficiente o antirreglamentario, con una penalización de 30 a 200 UF. Asimismo, el Código de Tránsito local prevé que el reemplazo del elemento en el corralón o el traslado del vehículo en grúa al taller para que su reemplazo. Sin embargo, esta reglamentación no se cumple en la calle.
"Es importante exigirle a la autoridad su aplicación efectiva mediante la Secretaría de Control a través de la Dirección de Tránsito", sostiene el concejal del PRO Carlos Cardozo. Además en el 2018, el edil había propuesto cambiar el Código de Tránsito para que los vehículos que escaparan del reglamento se remitan a los corralones municipales y que los caños de escape, ya sean de moto o de auto, sean separados y posteriormente destruidos.
Además, la propuesta contemplaba que el producto de tal destrucción sea vendido como chatarra a la Municipalidad de Rosario. Sin embargo, la propuesta no pudo avanzar en comisiones y perdió estado parlamentario. Ahora, Cardozo asegura que este año va a proponer que se vuelva a tratar.
El caso de General Cabrera vuelve a poner el foco en esta problemática. La acción llevada a cabo en el municipio cordobés es considerada como ejemplificadora y preventiva ya que la destrucción se realiza en plena vía pública. Si bien este caso tuvo mayor repercusión porque se viralizó en redes sociales, no es el único lugar donde se ha aplicado. En otras localidades cordobesas, entrerrianas y hasta en la vecina ciudad de Roldán han realizado la singular práctica de aplastar los ruidosos caños de escape.
En la región, distintas ciudades fueron también noticia los últimos años por llevar adelante medidas de esta naturaleza.
En diciembre de 2020, la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez compactó en el predio de Servicios Públicos un total de 138 años caños de escape irregulares de vehículos remitidos al corralón durante los operativos de tránsito. En referencia al tema, el intendente Alberto Ricci manifestó en esa ocasión que era la primera vez que el municipio llevaba a cabo una medida de este tipo.
La misma medida se había tomado dos años antes en Roldán, donde se volvió a ejecutar un operativo d destrucción de estos elementos en motos ilegales secuestradas en operativos de la Guardia Urbana. La misma medida se había tomado en 2014 con 80 caños.
Otro municipio que trabaja regularmente en estas medidas es el de Venado Tuerto. En febrero de 2021 se inutilizaron y destruyeron 202 caños de escape de motos por infringir las normas de tránsito con ruidos molestos. Y en junio de 2022 se volvió a hacer lo propio con 125 de estas motopartes.
>>Leer más: Más de doscientos caños de escapes de motos fueron destruidos en Venado Tuerto por ocasionar ruidos
>>Leer más: Una ley habilita ahora el trámite de patentes para autos clásicos y antiguos