Al menos 58 personas murieron y más de 160 resultaron heridas en la capital de República Dominicana el martes por la madrugada, cuando se derrumbó el techo de un icónico club nocturno donde gran cantidad de público, entre ellos políticos y deportistas, asistía a un concierto de merengue.
Los equipos de rescate buscaban a posibles sobrevivientes entre los escombros del centro nocturno Jet Set, en Santo Domingo, afirmó Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia. “Presumimos que muchos de ellos todavía están con vida", sostuvo, y añadió que no van a detener las tareas "hasta que no quede una sola persona debajo de esos escombros”.
Casi 12 horas después del accidente, los equipos de rescate seguían sacando sobrevivientes. En el lugar, los bomberos retiraban bloques de concreto roto y aserraban tablones de madera para usarlos como palanca y levantar materiales pesados, mientras el ruido de los taladros que perforaban el concreto llenaba el aire.
El número confirmado de muertos llegó a 58, dijo Méndez a primera hora de la tarde. Anteriormente, las autoridades habían dicho que había al menos 160 personas heridas.
Una de las víctimas fue la gobernadora de la provincia noroccidental de Montecristi, Nelsy Cruz, que también era hermana de una estrellas del béisbol. Cruz llamó al presidente Luis Abinader a la madrugada y le dijo que estaba atrapada bajo los escombros, según contó la primera dama, Raquel Abraje. Cruz murió más tarde en el hospital.
“Es una tragedia demasiado grande”, comentó Abraje con voz entrecortada.
Mientras tanto, entre los heridos están el beisbolista Octavio Dotel; el legislador Bray Vargas y el cantante de merengue Rubby Pérez, quien se encontraba en plena actuación cuando el techo se desplomó.
Enrique Paulino, mánager de Rubby Pérez, dijo a los periodistas que el saxofonista del grupo murió. “Fue algo repentino. Yo logré tirarme en una esquina”, dijo, y añadió que creyó que era un terremoto.
Jet Set emitió un comunicado diciendo que estaba cooperando con las autoridades. “La pérdida de vidas humanas nos deja en un estado de profundo dolor y consternación”, señala.
Manuel Olivo Ortiz, cuyo hijo asistió al concierto pero no regresó a su casa, esperaba afuera del club. “Agarrado de Dios es que estamos solamente”, dijo.
También esperaba noticias Massiel Cuevas, madrina de Darlenys Batista, de 22 años: “La estoy esperando. Está ahí adentro, yo sé que ella está ahí adentro”.