La famosa revista satírica francesa Charlie Hebdo anunció el pasado 9 de diciembre una “competición internacional para producir caricaturas del líder supremo de la República Islámica de Irán”, el ayatolá Alí Jamenei y de su predecesor, el ya fallecido ayatolá Ruholá Jomeini, a quienes describió como “un símbolo del pensamiento retrógrado, la estrechez de mente y la intolerancia del poder religioso”. Ahora, bajo el hashtag #MullahsGetOut, las ilustraciones tuvieron una masiva difusión, lo que claramente causó la irritación del régimen clerical.
Irán reaccionó cerrando un gran centro cultural de Francia en Teherán y con frases amenazantes hacia su gobierno, al que culpa de la publicación. París se limitó a explicar que no puede ni desea impedir la publicación dado que la ley francesa de libertad de expresión protege a Charlie Hebdo. Un concepto de difícil aceptación para el régimen de los ayatolás, que dominan por completo los medios de comunicación iraníes.
Charlie Hebdo pidió a caricaturistas de todo el planeta que “apoyen a los iraníes que están luchando por la libertad ridiculizando a su líder religioso de otra época y enviándolo al olvido histórico. La ambición política del ayatolá Jomeini de crear una República Islámica ha llegado a su fin, demostrando el absurdo de intentar gestionar una sociedad moderna con preceptos religiosos”, afirmó. Bajo el "hashtag" #MullahsGetOut las ilustraciones ya están ampliamente disponibles en las redes sociales, para furia de los gobernantes iraníes. Las caricaturas pueden verse en la dirección web https://charliehebdo.fr/2023/01/international/international-contest-mullahsgetout-every-contest-participant-won-place-hell/
"El acto insultante e indecente de una publicación francesa sobre caricaturas de la autoridad religiosa y política no quedará sin una respuesta efectiva y decisiva”, dijo en tono amenazante el ministro de Exteriores iraní, Hosein Amirabdolahian, en un mensaje en Twitter. Esta red social precisamente es una de las que más ha hecho circular las decenas de ilustraciones satíricas sobre Jamenei y Jomeini. “No permitiremos que el gobierno francés se pase de la raya. Han tomado el camino equivocado, definitivamente”, agregó el ministro, al tiempo que recordó que habían incluido a Charlie Hebdo en su lista de sanciones.
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La barba de Jamenei es quemada por una joven mujer iraní. Estas inocentes caricaturas, que en Occidente son comunes, causan la indignación del régimen iraní.
Este jueves sumó otra represalia: el cierre del más antiguo e importante centro de estudios francés en el país. “El ministerio pone fin a las actividades del Instituto Francés de Investigación en Irán (IFRI) como una primera etapa” de la respuesta a las caricaturas, afirmó la cartera de Relaciones Exteriores.
La Cancillería de Francia no recibió “ninguna información oficial” sobre la decisión y agregó que sería “lamentable”, según la portavoz, Anne-Claire Legendre. La cartera recordó que el IFRI constituye “un alto centro de cultura e intercambio, nacido de la fusión en 1983 de la Delegación Arqueológica Francesa en Irán creado en 1987 y del Instituto Francés de Iranología de Teherán fundado en 1947 por Henry Corbin”, filósofo y orientalista francés. Está afiliado al ministerio de Asuntos Exteriores francés, según su página web.
Antes del anuncio del cierre del IFRI, la titular de la cartera, Catherine Colonna, indicó que “la libertad de prensa existe en Francia, contrariamente a lo que ocurre en Irán”, y recordó que el delito de "blasfemia" no existe en el derecho del país europeo. El régimen islámico iraní se guía por un derecho civil y penal incompatible con el de las democracias, donde este tipo de "delitos" han sido abolidos hace muchísimos años atrás.
La sede del IFRI, en el centro de Teherán, ya fue cerrada durante muchos años y se reabrió bajo la presidencia moderada de Hasan Rohani (2013-2021) como una señal de restablecimiento de las relaciones francoiraníes.