Cada vez más mujeres deciden congelar sus óvulos para tener la opción de ser madres a futuro, aunque la técnica, llamada vitrificación, también es prescripta en casos médicos donde la paciente debe ser sometida a tratamientos como rayos o quimioterapia, informaron especialistas.
"Existen dos causas que pueden originar la vitrificación de óvulos: las médicas y las sociales. Entre las primeras está la situación en la que la mujer debe ser expuesta a algún tratamiento que debilitará la producción y la calidad de los óvulos", explicó a la agencia estatal de noticias Télam Sergio Papier, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer).
Y añadió: "En estos casos es una obligación para el médico alertar sobre la situación e informar sobre esta opción aunque, hasta el momento, ninguna obra social cubre esta necesidad".
En ese sentido, el especialista informó que el proyecto de Ley Nacional de Fertilización Asistida (que ya cuenta con media sanción del Senado), "entre las muchas cosas que garantiza se encuentra la obligatoriedad de cubrir el procedimiento de vitrificación a pacientes oncológicas".
Sin embargo, la mayoría de las mujeres que realizan esta práctica lo hacen por otro motivo: la postergación de la maternidad, un fenómeno que creció exponencialmente en estas últimas décadas.
"Por motivos fundamentalmente económicos y laborales las mujeres retrasaron la maternidad, lo que provocó un incremento sustancial en las consultas y tratamientos de fertilización ya que a partir de los 35 años la mujer comienza a descender la producción de óvulos y la calidad de los mismos", señaló Papier.
El especialista indicó que "así como aumentaron las consultas y los tratamientos de todo tipo de fertilización asistida, se incrementaron los casos de las mujeres que deciden preservar su fertilidad por esta vía".
No obstante, el médico alertó que "hay que ser muy cuidadoso en la evaluación de cada caso porque hay que analizar el costo-beneficio, ya que la vitrificación del óvulo no garantiza en un ciento por ciento que luego se producirá el embarazo porque hay muchos factores que intervienen".
Según el médico, "un tema importante a tener en cuenta es la edad a la que se quiere acceder a este procedimiento, ya que si una mujer de 41 años, por ejemplo, pretende «congelar» sus óvulos es probable que estos ya no tengan la «calidad» que se necesita, aunque cada caso es particular".
Por su parte, Jimena Petrella, coordinadora de Maternity Bank, un banco privado de óvulos para maternidad diferida de la red de Medicina Reproductiva Procrearte, informó que las consultas y los tratamientos de vitrificación de óvulos aumentaron en 2012 un 40 por ciento en relación a 2011.
"El 90 por ciento de las mujeres que se acerca está sin pareja y lo que busca es preservar los óvulos porque en ese momento no están decididas a ser madres pero quieren tener la opción de poder serlo más adelante", explicó Petrella.
Indicó que "algunas de las mujeres que se acercan tienen menos de 35 años, pero otras llegan a las consultas cerca de los 40 o más, con una carga emotiva muy fuerte porque sienten que ya perdieron la posibilidad de ser madres".
La coordinadora del banco ratificó que "no siempre es posible utilizar la técnica, hay veces en los que la cantidad o la calidad de los óvulos ya no es buena".
Sin embargo no todas las mujeres están de acuerdo con este postulado: Mariela, una ingeniera de 33 años recibió de parte de su ginecólogo la propuesta de vitrificación y le pareció "sumamente invasivo, porque yo no me lo había planteado en ningún momento. Hay momentos en los que uno siente que se genera la necesidad a partir del negocio", opinó.
Costos
Según diferentes fuentes consultadas, el proceso de vitrificación puede rondar en los 15.000 mil pesos. Su posterior utilización (lo que implica la inseminación) puede llegar a 30.000 pesos.