Por una alquimia judicial, un criminal de 35 años que asesinó a cuatro personas entre 1996 y 2008 y que fue condenado a prisión perpetua en 2010, quedó en libertad en la provincia de Buenos Aires por resolución de un juez de San Isidro.
Por una alquimia judicial, un criminal de 35 años que asesinó a cuatro personas entre 1996 y 2008 y que fue condenado a prisión perpetua en 2010, quedó en libertad en la provincia de Buenos Aires por resolución de un juez de San Isidro.
César Humberto Ghirardi, de 35 años, uno de los asesinos seriales más sanguinarios de la Argentina, ya había sido noticia en 2008 porque luego de cumplir una condena abreviada por matar a sus tres primeras víctimas y de salir en libertad, a los seis días de caminar por las calles mató a la cuarta.
Sólo el célebre Carlos Eduardo Robledo Puch, condenado en 1980 por 11 asesinatos, cometió más homicidios que Ghirardi en la historia criminal argentina.
Ghirardi quedó en libertad la semana pasada y a pesar de que la noticia de su liberación comenzó a manejarla la prensa tribunalicia bonaerense el jueves, ningún funcionario gubernamental ni judicial de la provincia de Buenos Aires dijo nada ni dio explicaciones al respecto.
Ghirardi fue el responsable del asesinato del custodio Sergio Conti en 2008 cuando intentó robarle 86.000 pesos que éste transportaba para pagar sueldos del personal de una empresa de seguridad privada. Ocurrió el 2 de junio de 2008, en Rincón de Milberg, partido de Tigre (Gran Buenos Aires).
El 27 de mayo de ese año, seis días antes, había salido de prisión porque la Justicia consideró que había cumplido las condenas 18 y 14 años cárcel que le impusieron por los asesinados de Fabián Brain y Fernando Diácono, durante un asalto en Ramos Mejía, y por el homicidio de Víctor Sotelo Gavilán en el penal de Florencio Varela.
Razones. El juez de ejecución de San Isidro Antonio David, que es el magistrado que ahora lo liberó, fundó su resolución en un fallo de la Suprema Corte de Justicia bonaerense que aceptó el pedido del imputado para que la condena a prisión perpetua de 2010 se unificara con las sentencias anteriores de 18 y 14 años.
Tras la unificación de las condenas, David realizó un nuevo cómputo de la pena y determinó que por la aplicación de la ley del dos por uno, Ghirardi había cumplido 31 años y 11 meses.
Debido a que Ghirardi había cometido tres de los cuatro homicidios por los que fue condenado cuando estaba vigente la norma que computaba como doble cada día que un procesado estuvo preso sin tener una sentencia firme, logró licuar la condena a prisión perpetua. Así, pudo salir de la cárcel después de haber cumplido siete años de la condena.
Si bien todas las resoluciones, tanto la de la Suprema Corte como la de la Cámara de Casación y la del juez de Ejecución se ajustaron a derecho y a los principios de la ley más benigna y de la norma que estaba vigente en el momento que Ghirardi cometió tres de los cuatro asesinatos por los que fue condenado, en todas las sentencias se dejó de lado la declaración de reincidencia.
Al beneficiar a Ghirardi con la unificación de penas que, según algunos criterios judiciales, ya estaban agotadas, se posibilitó que un condenado a prisión perpetua saliera en libertad después de pasar sólo siete años preso.
Luego de que cometiera su cuarto asesinato, al ser juzgado, los magistrados que redactaron la sentencia pero que olvidaron aplicar la figura de la reincidencia, señalaron en el fallo: “Se trató de una acción atroz, desproporcionada e irracional con el fin de consumar y asegurar el robo del dinero que llevaba la víctima. Los disparos fueron hechos a corta distancia y a matar”, sostuvieron en 2010 al condenar a prisión perpetua al acusado.
Así, según los propios jueces, mató Ghirardi al custodio Conti. Ahora, cinco años después de esa sentencia, ese condenado queda libre en un territorio que se llama provincia de Buenos Aires.
Por Carina Bazzoni