Un cirujano acusado de una presunta mala praxis que derivó en la muerte de una mujer fue detenido cuando se sometía a sí mismo a una operación de alargamiento de pene en una clínica clandestina de la ciudad de Mendoza.
Un cirujano acusado de una presunta mala praxis que derivó en la muerte de una mujer fue detenido cuando se sometía a sí mismo a una operación de alargamiento de pene en una clínica clandestina de la ciudad de Mendoza.
La fiscal mendocina Claudia Ríos imputó ayer por homicidio simple al médico Carlos Gustavo Arzuza, de 46 años, y a su asistente, la ciudadana rumana Laura Dutta, por homicidio simple y ejercicio ilegal de la medicina.
La detención de Arzuza se concretó la tarde del jueves en la clínica ubicada calle Alem 388, de la capital provincial.
Los hechos se desencadenaron el viernes 2, cuando Isabel Beatriz Gattari, de 48 años y madre de tres hijas, se sometió a una lipoaspiración y a un implante de glúteos. El médico interviniente ya tiene una condena por homicidio simple con dolo eventual por la muerte de Roberto del Barco, ocurrida hace tres años, por una liposucción y que terminó siendo calificada por la justicia como de mala praxis.
La operación a la que se sometió la mujer, en principio, no había tenido inconvenientes y ella regresó a su casa en un barrio privado del departamento de Guaymallén.
El miércoles por la tarde, la mujer se descompensó en su casa y fue encontrada por su pareja cuando agonizaba.
El cuerpo de Gattari fue trasladado al Cuerpo Médico Forense donde le realizaron la autopsia, que estableció que había muerto por complicaciones relacionadas con la cirugía.
Arzuza está internado en una sala común del Hospital Central. Ayer a la mañana se constituyó una médica forense para verificar si él estaba en condiciones de declarar. La médica dijo que el acusado debe permanecer detenido porque tiene una lesión y una gangrena en la parte genital.
Una de las hijas de la víctima dijo al diario UNO que su madre no le había comentado ni a ella ni a su hermana que se iba a operar, pero que sí había conocido a Dutta, "porque hacia bien las uñas" como manicura.
Juan José, pareja de Gattari, dijo que un día después de la intervención debió llamar al médico porque su mujer se sentía mal. Arzuza la asistió y le puso suero. El domingo la mujer mejoró pero se quejaba porque tenía dolores ocasionados por las cirugías. "Estaba lúcida, no tuvo fiebre, comió, aunque no podía moverse mucho", recordó.
El miércoles último el cuadro de la mujer se agravó. Juan José dijo que la había llamado durante toda la mañana sin éxito. Cuando salió de su trabajo fue a la casa de ella. "Abrí la puerta y me encuentro que estaba tirada en el piso, desnuda, se había sacado la faja que le habían colocado, estaba viva. La levanté y la llevé a la cama. Tuvo un desmayo y me puse en contacto con el médico".
"Ella me decía que quería que la bañara, me decía que la faja ella no se la había sacado, estaba muy ida. Estaba con mucho dolor, pero con vida. Le pedí al médico que se apurara, que a Beatriz le costaba respirar, pero él llegó cerca de las 16.45 con mucha tranquilidad. Pero ella se murió cuando el médico trataba de sacarla adelante".