La capital uruguaya de Montevideo cuenta con reserva de agua potable para un plazo que oscila entre seis y 10 días, según las autoridades, producto del agotamiento casi total de sus fuente más importantes de agua dulce.

Una de las marchas convocadas en los últimos meses en el centro de Montevideo.
La capital uruguaya de Montevideo cuenta con reserva de agua potable para un plazo que oscila entre seis y 10 días, según las autoridades, producto del agotamiento casi total de sus fuente más importantes de agua dulce.
Así, la emergencia hídrica devenida de tres años continuados de sequía maltrata a la ya castigada población, que se abastece de botellones comprados en supermercados.
La represa de Paso Severino, la principal fuente de agua dulce que alimenta a la capital y sus zonas aledañas, de una capacidad de 67 millones de metros cúbicos menguó paulatinamente sus reservas hasta albergar, según el último reporte oficial, poco más de 1,1 millones de metros cúbicos, es decir el 1,7% de su volumen total.
Hoy un tercio del agua que se consume a diario viene de esa fuente de agua dulce. Los dos tercios restantes se están extrayendo del Río de la Plata, que presenta un elevado contenido de sal. La mezcla que sale de los grifos tiene un marcado gusto salado. Ya no se la considera potable, pero sí segura.
Sin embargo, esto podría cambiar en algunos días. La “hora cero” está a pocas horas de distancia.
Los montevideanos se habituaron a beber agua mineral. Hasta el mate preparan con el agua de botellones que compran en supermercados.
Segura, no potable
Las autoridades aseguran que el agua que sale de la canilla es segura, pero recomendaron moderar su consumo a personas hipertensas y con problemas de salud. El consejo se extiende a la población infantil y embarazadas.
El meteorólogo uruguayo del Canal 10 de Montevideo, Nubel Cisneros, dijo al canal de noticias argentino TN que ya “no queda más agua dulce. Se estima que ya no quede más el fin de semana. Solo va quedando barro”.
A partir de ahí, de las canillas “va a salir agua salada. No va a servir para tomar, ni para cocinar. Va a servir para el aseo”, explicó.
Sin lluvias considerables a la vista que terminen con el problema, están trabajando contrarreloj en busca de alternativas.
La novedad pasa por estas horas por la compra de unos caños a Brasil para conducir el agua que proporcionen nuevas obras hídricas que comenzaron en Paso Belastiquí y que permitirán llevar agua dulce desde el Río San José hasta el Santa Lucía.
La empresa sanitaria OSE confirmó que unos 1.000 metros de caños están llegando desde Brasil para la obra que ya empezó y que llevará cuatro semanas en total.
Esa obra de Paso Belastiquí terminaría siendo una nueva fuente de agua “totalmente dulce”.
De todas maneras, no resolverá la situación porque el agua seguirá conteniendo sodio y cloruro, pero al menos servirá para contener la crisis durante un período, podría decirse, “de gracia”.
Esa obra permitirá el ingreso y la salida de agua proveniente del Río de la Plata al embalse Belastiquí-Aguas Corrientes, así como la retención del agua ingresada al embalse, lo que servirá para mantener el volumen y no perder agua con la fluctuación de las mareas.
En tanto, la represa Campanario, que está en construcción, consiste en un dique sobre el río San José que va a tener la finalidad de embalsar la mayor cantidad de agua dulce de su cauce.
¿Cuál será entonces la fuente de agua “totalmente dulce”? Con más caños provenientes de Brasil, se está avanzando en la obra de 13 kilómetros de extensión para la captación y el trasvase desde el río San José al río Santa Lucía.
Esto permitirá que no haya que recurrir al Río de la Plata para abastecerse, como sucede ahora, a pesar de los elevados porcentajes de sal que contiene.
Cuando se termine, dentro de un mes, el agua en Montevideo y el resto de la zona metropolitana volverá a ser la de antes, con los clásicos niveles de sodio y cloruros, es decir, con su clásico sabor dulce.
Mientras tanto, el gobierno de Luis Lacalle Pou reza para que se produzcan lluvias suficientes para paliar la crisis. Necesita que no crezca aún más el malhumor social y se la perciba como la única gestión responsable en la falta de obras de relieve.
Asimismo, si bien las nuevas obras le darían un respiro a la crisis, no solucionarían el problema de fondo: la gravísima sequía que enfrenta Uruguay.
El agua hoy tiene exceso de sodio y de cloruro y son contados los habitantes que se animan a tomar agua de la canilla. Los sectores más postergados de la población, sin los recursos económicos o dinero corriente para comprar los botellones de agua mineral en los comercios.
El agua de la canilla tiene exceso de cloruro y de sodio. El nivel máximo de cloruro permitido supera en más de 100 mg/l en el agua de OSE. Con el sodio se presenta una situación similar. “Las autoridades ya no dicen más que es agua potable. Ahora dicen que es agua segura”, concluyó el meteorólogo Cisneros.
En pocos días ni siquiera será eso.

