El año pasado fue el fenómeno de la irrupción de carpinchos en Nordelta, que estalló en las redes sociales. Ahora se trata de la aparición de lagartos en los countries de Pilar, que se replicó, también en redes, a través de fotos y videos. Lo cierto es que la fauna tiene sorpresas para los vecinos de los barrios cerrados.
En efecto, se asegura que se registra "un desfile" de lagartos en esa zona norte del conurbano, en especial en los barrios privados de Parque Irízar, Pellegrini IV y Mirasoles, ubicados en el partido de Pilar.
De golpe, los vecinos de la zona advirtieron la presencia de estos reptiles de cola larga y escamas oscuras caminando por los jardines de sus casas. Así fue como comenzaron a fotografiarlos y a compartir videos a través de las redes sociales.
Si bien en algunas localidades es más común cruzarse con esta especie, fue una situación que no pasó desapercibida para quienes no acostumbran a verlos diariamente.
Al parecer, la aparición repentina de estos animales está vinculada con la sequía y con el estilo de vida urbana que comenzó a existir sobre las tierras históricamente ocupadas por esta fauna, algo similar a lo que ya se dio con los carpinchos. Ese desplazamiento derivó en la aparición de lagartos en las residencias de los barrios cerrados.
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En Parque Irízar (barrio lindero al Río Luján) algunos vecinos aseguran que es más habitual de lo que muchos creen, y que suelen aparecer en los parques recostados cerca de las piletas.
Graciela Capadogio, de la Asociación Patrimonio Natural que tiene a su cargo la Reserva Natural de Pilar, explicó que los lagartos "son bichos muy tranquilos, que no hacen daño y tienen un rol clave porque controlan plagas".
"Estos animales no son para nada peligrosos, son bellísimos y beneficiosos ya que se comen a los ratones y los caracoles", dijo a Clarín.
"Es entendible que antes vivían felices y tranquilos cerca de algún humedal o pastizal y, a medida que se urbanizó la zona, fueron perdiendo espacio. Es una especie muy tranquila y segura", apuntó.
La ola de calor que impacta en varios puntos del país, incluída el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) llevó a varios a asociar con ese fenómeno la presencia inusual de lagartos.
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Sin embargo, Capadogio argumentó que este tipo de reptiles no sufren las altas temperaturas, por lo que es normal verlos retozar en la vía pública aún cuando las máximas superan los 40°. "Todo lo contrario, no les afecta el calor. Como son animales que hibernan durante el invierno, ahora es cuando más disfrutan salir, tomar sol y mojarse en el río".
Y añade: "La gente no los observa, pero los lagartos suelen vivir tranquilos en el interior de los caños de la zanjas donde se estacionan los autos en los barrios privados. Es entendible que antes vivían felices y tranquilos cerca de algún humedal o pastizal y, a medida que se urbanizó la zona, fueron perdiendo espacio, pero jamás harían daño por eso. Es una especie muy tranquila y segura".